Más orejas y bravura que buen toreo en la tarde estelar de la feria

Hasta siete orejas, con la consiguiente salida a hombros compartida, se repartieron hoy José María Manzanares y Roca Rey en la corrida de más ambiente de la feria de Castellón, aunque, pese a la euforia de público, no llegaran a cuajar a ninguno de los seis buenos toros que salieron al ruedo.

Marcados con cuatro hierros distintos, aunque todos de las mejores líneas de la sangre Domecq, los seis astados sacaron nobleza, duración, clase y entrega, dando a sus dos matadores, en mayor o menor medida, claras opciones de un triunfo rotundo e incontestable que, más allá de las benévolas orejas concedidas, ninguno llegaron a alcanzar

Aun así, los momentos más redondos del mano a mano, los más cercanos al toreo sincero y asentado que mereció la corrida, llegaron de la mano de José María Manzanares cuando intentó ligar los pases y acompasarse con las embestidas, aunque acabar de apurar por completo las virtudes de su lote.

El que abrió plaza, de Garcigrande, tuvo una acentuada clase desde que salió descolgando su cuello al poco ambicioso capote del alicantino, que luego no abarcó tan claras y dulces embestidas en una faena que no pasó de compuesta pero que, eso sí, remató espectacularmente con una estocada en la suerte de recibir y en los mismos medios de la plaza.

Fue así como se abrió ya la espita de la generosidad de una plaza casi llena de un público alegre, que volvió a premiar con dos holgados trofeos a Manzanares tras la lidia del quinto, un serio, fino y bravo toro de Jandilla con el que se ajustó con más chispa que fluidez, en un conjunto aderezado con largas pausas que, como el día anterior, rellenó con su protagonismo la banda de música de la Vall d'Uxó.

Tras una estocada fulminante, que desató la petición del doble trofeo, el presidente tuvo al menos el detalle de reconocer también la bravura del de Jandilla, premiándole con una vuelta al ruedo en el arrastre que el público también pidió antes para el primero de Garcigrande.

Metidos ya en derroches, volvió a producirse otro dispendio de orejas al final de la lidia del segundo, otro noble y claro ejemplar de Luis Algarra al que Roca Rey toreó con unas ventajas impropias e inexplicables dada la óptima condición del animal.

En el refugio de la pala del pitón y especialmente brusco y ligero, el peruano movió al toro sin que el público reaccionara ni jaleara uno solo de los muletazos, hasta que, en un postre efectista, quebró las embestidas en unas bernadinas muy apretadas que, por primera vez en toda la faena, pusieron a la gente en pie antes de otro contundente estoconazo.

Tampoco estuvo justificada la oreja que le dieron del cuarto, un animal enclasado de Garcigrande al que Roca toreó demasiado sesgado, con muy poca sinceridad en los cites y sin temple en los embroques, con fases plagadas de enganchones, en un contexto difícil de entender en quien pasa por ser una de las figuras en mejor momento y de mayor tirón de la actualidad.

También tuvieron muchas opciones los dos toros que se fueron enteros al desolladero, el tercero de Algarra y el sexto de Vegahermosa, pero esta vez, sin remate con la espada ni socorridos golpes de efecto, la gente no tuvo excusas para alargar el derroche triunfalista de una tarde con mejores toros que toreo.

Castellón, domingo 27 de junio de 2021. 4ª de Feria. Cartel de 'No hay billetes' sobre el aforo permitido.

Toros de Garcigrande (1º y 4º), Luis Algarra (2º y 3º), Jandilla (5º) y Vegahermosa (6º), de buena, fina y armónica presencia en su conjunto y asímismo de muy buen juego en general, con varios especilamente destacados, como 1º y 5º, este de Jandilla, "Soberano" de nombre, y premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

José María Manzanares, dos orejas, ovación y dos orejas.

Roca Rey, dos orejas, oreja protestada y silencio.