ESPACIO

Miura, la leyenda del campo bravo que llega también al espacio

La ganadería sevillana dará nombre a unos pequeños satélites reutilizables que llegarán al espacio entre los años 2022 y 2024.

La amenazante mirada de un toro de Miura

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Finos, agalgados, largos, altos, musculados, huesudos, con cuello, finos de piel, lavados de cara, con sentido y leyenda, los toros de Miura han prestado sus caracteres, su mito y su marca desde a licores a coches superdeportivos y ahora lo hacen al primer cohete español para el transporte aeroespacial, Zahariche y la A con asas en el espacio.

Los toros de la divisa verde y grana, o negro cuando se lidian en Madrid, dan así nombre a unos pequeños satélites reutilizables que llegarán al espacio en el segundo semestre de 2022, el Miura 1, y en 2024, el Miura 5, en una misión real de transporte espacial, según informa la empresa PLD Space sobre este proyecto que se presentará el próximo viernes.

Si hay una ganadería que ha trascendido fuera del mundo del toro ésa es la que hoy llevan los hermanos Eduardo y Antonio Miura, la que pasta entre La Campana y Lora del Río y que es sinónimo de espectáculo y respeto reverencial desde que la fundó en 1842 Juan Miura, quien tenía una fábrica de sombreros y creó una de miedos.

Lejos quedan ya los tiempos añejos en los que el toreo era el principal espectáculo de masas en España y en el que los fabricantes de anises recurrían a los ídolos para bautizar sobre todos sus aguardientes, hasta el punto que el cordobés Rafael González 'Machaquito' traspasó su nombre al producto y acuñó para los restos el 'machaco'.

Gallito, Manolete, Chicuelo, Bombita, Zurito, el mexicano Carlos Arruza, Miguelín, Pepe Luis Vázquez, Parejito y su licor de plátano prestaron sus nombres a esas botellas de anís multifuncionales que también sirvieron como acompañamiento de villancicos y folclores varios y en las que también entró la leyenda de Miura.

Que Miura ha traspasado los ruedos en sus más de 175 años de historia lo prueba que es, quizás, la única entrada de una ganadería en el diccionario de la RAE como divisa 'famosa por la bravura e intención atribuida a sus reses' y, por extensión, 'persona aviesa, de malas intenciones'.

A efectos publicitarios, ha pesado a efectos iguales el juego dado por los miuras en los ruedos con la trascendencia de su leyenda negra, con grandes toreros muertos entre sus astas como Manuel García 'Espartero' y Manuel Rodríguez 'Manolete', fundamentalmente.

Antes de llegar al espacio con el proyecto 'Miura 1' -satélites de pequeño tamaño para telecomunicaciones, defensa e investigación científica-, Miura también consolidó su marca como sinónimo de un aguardiente y un licor pionero como pacharán andaluz, de Cazalla de la Sierra, en la Sierra Norte de Sevilla.

En los años en los que en los amaneceres de la España del desarrollismo eran de 'machaco' y de publicidades como la de 'es cosas de hombres', Miura trascendió nuevamente y, por medio de la amistad del patriarca Don Eduardo, como era llamado, con Ferruccio Lamborghini, bautizó un modelo pionera de la mítica marca italiana.

El Salón del Automóvil de Turín fue en 1965 el escenario de la presentación de este deportivo diseñado por Marcello Gandini con el que Ferruccio Lamborghini dio respuesta a Enzo Ferrari, quien un día le dijo que un fabricante de tractores como él no podía entrar en los arcanos de un deportivo, perfecta metáfora de lo que guardan los toros de la A con asas.

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