Morante se recrea y Roca Rey se reencuentra en el triunfo de El Fandi

El toro de Olga Jiménez que abrió plaza y feria salió de chiqueros como si llevase de serie dos puyazos en todo lo alto. Templado y con un son cansino que permitió a Morante estirarse con gusto a la verónica. Tras el trámite del caballo, el sevillano se empeñó en un trasteo largo y sin alma ante un animal que iba y venía sin emoción alguno. Lo pasaportó de un pinchazo y una estocada arriba.

Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar en el cuarto. Lo toreó a la verónica de forma primorosa saliéndose a los medios, galleó como garbo tras el tercio de varas y formó un alboroto en el tercio de banderillas. Torería innata hasta con los palos. Tres pares colocados en una perra gorda, cuadrando en la cara y un último al quiebro por los adentros que levantó el clamor en el coso del Paseo de Zorrilla. Morante inspirado y en estado puro. Y el homenaje a Pedrés con una ‘predesina’ con la que inició la faena de muleta. Después, el de García Jiménez tuvo el fuelle justo, aunque permitió pasajes de extrema belleza al torero cigarrero, que toreó al ralentí con un trazo armónico y empacado. El pero, que faltó un puntito de mayor emoción en las embestidas del toro para dotar al conjunto de una rotundidad de la que careció. Una estocada rinconera dio paso a una espectacular muerte del toro que provocó que se desatase la petición del doble trofeo. El palco rebajó la euforia y dejó el marcador en una oreja de peso para Morante.

Abundante y profuso en suertes fue el uso del capote de El Fandi con el primero de su lote, un toro con el que puso la plaza en pie en un tercio de banderillas en el que colocó hasta cuatro pares. El de García Matilla rompió a bueno en el tercio de muleta. Nobleza, clase y ritmo desde el inicio de rodillas por el pitón derecho. Tan a gusto estuvo Fandila que la siguiente tanda la volvió a firmar de hinojos. El granadino realizó una faena tan técnica como carente de ajuste y compromiso. Acompañó sin más cuando el toro pedía mayores dosis de calidad en el trasteo. Tras una tímida petición de indulto, El Fandi lo despachó de un perfecto volapié. Las dos orejas cayeron sin votos en contra.

Otros cuatro pares sopló al ‘jandillón’ quinto, un animal con mejores inicios que finales y al que el granadino trenzó una nueva faena templada pero que no levantó oles en los tendidos. Tras otra estocada efectiva, paseó una oreja amable.

El primer toro del lote de Roca Rey dijo poco en todos los tercios. Flojo y sin terminar de romper. Lo peor es que también dijo poco Roca Rey con él. Sin sitio y con más dudas de las esperadas, se fue tras de la espada cuando vio que aquello no remontaba.

Mejoró y mucho la imagen del peruano con el exigente sexto, un toro que radiografiaba de arriba a abajo al diestro cada vez que le presentaba el engaño. Firme y atornillado al ruedo pucelano, Roca le hizo romper hacia adelante y tragó sin miramientos varias coladas de infarto. Una tanda en redondo, arrastrando la muleta por la arena, decidió el duelo para el torero, que recuperó sensaciones pasadas. Pero el toro se rajó, se puso complicado para entrarle a matar y Roca Rey pinchó en dos ocasiones antes de agarrar una estocada baja que le alejó de los trofeos.

Valladolid, viernes 10 de septiembre de 2021. 1ª de Feria. Lleno sobre el aforo permitido.

Toros de Olga Jiménez (1º, 3º y 5º) y Hnos. García Jiménez (2º, 4º y 6º), de amable trapío y desiguales hechuras. Conjunto bajo de raza aunque manejable en distintos grados. Destacó la clase y ritmo del segundo. Exigente y encastado el sexto.

Morante de la Puebla, saludos y oreja.

El Fandi, dos orejas y oreja.

Roca Rey, palmas y ovación tras aviso.