Oreja para los destellos al natural de Aguado en una tarde vacía de argumentos

Después del maratón de tres horas de este jueves, el festejo de este viernes cumplió con las dos horas de rigor en cuanto al metraje y duración. Máxime porque el descastado y deslucido juego de la corrida de Albarreal dejó en aguas de borraja las ilusiones de una terna y, sobre todo, de un joven onubense como Emilio Silvera que vio como su alternativa no acababa de forma triunfal ante sus paisanos.

Solo Pablo Aguado, con el único toro que tuvo cierta correa en el último tercio, pudo cortar una oreja. Fue en el tercero, muy medido de raza y empuje, pero que fue toro ideal para que Aguado pespuntease detalles de su toreo tan personal. Hubo gracia en un quite por chicuelinas que remató de una preciosa media y después, muleta en mano, dejar naturales de gran armonía y plasticidad. La sosería del toro la suplió con chispazos de torería innata el diestro sevillano. Una estocada desprendida de efectos fulminantes sirvió para concederle el mencionado trofeo.

No pudo redondear con un quinto de brutas embestidas. Iba y venía a pechazos, sin entrega alguna. Aguado estuvo tesonero con él, incluso firmó una tanda meritoria por templada y expresiva. Un oasis en un desierto de casta. La estocada viajó trasera y tendida y hubo de recurrir al descabello.

Emilio Silvera se convirtió en matador de toros con “Decorado” de Albarreal. Ni el aliento de sus paisanos fue suficiente para remontar el juego descastado y flojo de su oponente. Silvera solo pudo estirarse en las dos primeras tandas en redondo. Cuando intento el toreo al natural, el astado ya había echado el cierre. Tampoco lo vio claro ni con espada ni con el descabello.

El sexto fue el más serio por delante del envío de la familia García Palacios. Se pegó un fuerte volantín antes de entrar al caballo. Toro brusco que humilló poco y fue quedándose corto a medida que fue transcurriendo el trasteo del toricantano. Labor voluntariosa del nuevo matador de toros onubense que fue de nuevo silenciada.

Sebastián Castella topó con un primer animal ayuno de casta y empuje. Pasaba pero no decía nada en sus pajunas embestidas. Fácil el francés pero insípido el trasteo.

El cuarto pareció salir con más pies y albergó alguna esperanza cuando se arrancó con brío al caballo. Un espejismo. Fue tomar la muleta y tras la primera tanda, el de Albarreal se vino abajo y ya no pasó. Abrevió con buen criterio Castella. En ambos fue silenciado.

Huelva, viernes 4 de agosto de 2023. 3ª de Feria. Dos tercios de plaza.

Toros de

, de buenas hechuras pero juego descastado y venido a menos. Con clase y calidad el tercero, aunque de medido empuje.

Sebastián Castella, silencio y silencio.

, oreja y saludos.

Emilio Silvera, que tomaba la alternativa, silencio y silencio.