19ª GIRA DE RECONSTRUCCIÓN
Oreja para Octavio Chacón en Logroño con una seria y variada ‘victorinada’
El diestro gaditano cortó la única oreja este domingo en el coso de La Ribera ante los toros de Victorino Martín. Tarde seria pero sin espada de Rubén Pinar.
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A falta de dos festejos que quedaron en el limbo del aplazamiento, este domingo concluía la llamada Gira de Reconstrucción que ha unido en esta temporada tan atípica al mundo del toro para intentar conseguir una bolsa de beneficios que redunde en la organización de festejos en 2021. Una Gira con sus luces y también sus sombras que habrá que analizar con la perspectiva del tiempo.
Ojalá que ese loable fin se consume el próximo año y no ocurra como tantas veces sucede en el mundo del toro. Vigilantes estaremos.
Para este último acto se reseñó un encierro de Victorino Martín, presidente de la Fundación, que preparó un cuarteto de amplio trapío. Los abuelos de algunos de los toros que hemos visto deambular por los cosos elegidos para la Reconstrucción. Un encierro que sin la humillación clásica de esta casa ganadero, tuvo su interés y su variedad de comportamientos.
Retumbó en el coso de La Ribera la ovación que se llevó de salida el primer ‘victorino’ cuando asomó por la puerta de chiqueros. Veleto, largo de viga y con los kilos bien repartidos, el toro mostró de salida las cualidades y defectos que iba a tener durante su lidia. El buen son en sus embestidas pero siempre con el defecto de no salirse de las suertes hacer hilo y reponer en cuanto podía. Octavio Chacón manejó con suavidad el capote y lo quiso lucir después en varas, aunque el toro no terminó de entregarse en el peto. La faena del gaditano estuvo presidida por el temple. Sin terminar de apretar al toro por abajo, Octavio echó los vuelos con mucha suavidad por ambos pitones y llegó a relajarse en una postrera tanda al natural. Un pinchazo y una estocada baja dejaron todo en una ovación final.
Volvió Chacón a poner de largo en el caballo al astifino tercero, pero no acudió con prontitud el toro. Y cuando lo hizo, no terminó de empujar con clase. El de Victorino tuvo movilidad y nobleza en la media altura pero no estuvo sobrado de fortaleza. Faena técnica no exento de algún natural de buen trazo pero a la que le faltó continuidad. Pero como la estocada viajó a la primera, aunque algo caída, se premió a Octavio Chacón con una oreja.
También se ovacionó el trapío del primer toro del lote de Rubén Pinar, un astado que se empleó con alegría y entrega en las dos varas que tomó. Después, el cárdeno tuvo un comportamiento poco uniforme. A unas embestidas largas y humilladas, se alteraban con otras en las que se quedaba en mitad de la suerte. La faena del albaceteño fue un continuo toma y daca, intentando aplicar mando y oficio para alargar las embestidas de su oponente. Nunca se le vio con el agua al cuello a Pinar. Dos pinchazos precedieron a una estocada que necesitó de un golpe de verduguillo.
Más vareado pero de una tremenda arboladura resultó el cuarto toro de Victorino, al que banderilleó con exposición y facultades Ángel Otero. Éste de Victorino fue el único animal que sí quiso seguir las telas por abajo aunque le costaba romper hacia adelante. Pinar dejó claro que entiende a estos toros y a base de tragar, cuajó algún muletazo de buena factura, pero a la faena le faltó continuidad para haber alcanzado mayores cotas de lucimiento. Con la espada no terminó de verlo claro y fue de nuevo silenciado.
Logroño (La Rioja), domingo 22 de noviembre de 2020. 19ª de la Gira de Reconstrucción. Un millar de espectadores con el aforo reducido.
Toros de
, muy bien presentados, todos cinqueños. Sin entrega pero noble el primero; desigual en sus embestidas el segundo; un tercero menajable a media altura; humillador pero probón el cuarto.
Octavio Chacón, saludos y oreja.
Rubén Pinar, silencio tras aviso y silencio.