2ª FERIA DE LOGROÑO
Oreja de poco peso para Ferrera de un "zalduendo" que mereció más
El diestro Antonio Ferrera cortó una oreja de poco peso específico a un buen toro de Zalduendo al que no acabó de aprovechar debidamente.
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No empezó nada bien el mano a mano con un primer toro que ya de salida se vio que apenas iba a durar un suspiro. Un "zalduendo" sin raza, al que le costaba un mundo tirar para adelante y con el que Ferrera medio diseñó una labor tan voluntariosa como insulsa, sin historia alguna y en la que el público llegó a animar al torero extremeño a que dejara de insistir y cortara por lo sano.
El tercero no tuvo nada que ver con el anterior, pues este sí tuvo nobleza y mucha clase para que Ferrera le cortara una orejita merced a una faena en la que, pese a venderlo todo muy bien de cara a la galería, a decir verdad no estuvo a la altura de la calidad del animal, al que le ligó los muletazos por el derecho pero sin estrecheces y haciéndolo todo muy por fuera.
Pero, lo que son las cosas, conectó con los tendidos, que disfrutaron de esa puesta en escena de un torero que llegó a montar un pequeño numerito como tratando de indultar al de Zalduendo, que fue bueno, sí, pero no para tanto. Al final montó la espada, agarró una estocada desprendida y paseó una solitaria oreja.
El quinto fue otro toro que brindó opciones y con el que Ferrera no se acopló en ningún momento a lo largo de una faena demasiado encimista, tropezada y mal rematada con la espada.
El primero de Urdiales fue un toro aplaudido de salida por sus astifinas y serias defensas. Sin embargo, las cañas se tornaron en lanzas cuando el animal comenzó a blandear, dejando prácticamente inédito al riojano con el capote.
Muleta en mano llevó a cabo Urdiales una faena técnicamente impecable, todo a media altura y dando muchos tiempos entre series para dosificar a un animal que, para colmo, acabó rajándose en cuanto se notó podido. La estocada, eso sí, fue de manual, y los tendidos invitaron a su paisano a saludar desde el tercio.
No mejoró el panorama con el soso, manso y muy deslucido cuarto, remiso a cualquier afrenta de Urdiales, que no pudo pasar de las probaturas por uno y otro pitón ante un animal que se negó en redondo a embestir.
Y para completar un lote de lo más imposible, el sexto fue un toro áspero, de esos animales que se agarran al piso, se lo piensan, miden al torero y topan más que embestir. Urdiales trató de buscarla las vueltas pero fue imposible armar faena ante un "zalduendo" que a medida que transcurría su lidia se iba poniendo más complicado.
Logroño, lunes 20 de septiembre de 2021. 2ª de Feria. Poco más de la mitad del aforo permitido.
Toros de Zalduendo, correctos de presentación y, salvo el buen tercero (noble, con clase y ovacionado en el arrastre), de poco juego. Sin raza, el primero; muy justo de fuerzas el segundo; manso y muy deslucido el cuarto; noblote el quinto; y áspero y reservón el sexto.
Antonio Ferrera, silencio, oreja y silencio.
Diego Urdiales, ovación, silencio y silencio.