Orejas de escaso peso para los novilleros en tarde de viento y desaciertos en Valencia

Un total de cuatro orejas de escaso valor -dos de ellas para Niño de las Monjas, que salió a hombros- se concedieron en la novillada picada celebrada hoy en Valencia, en una tarde desapacible y con un viento constante que condicionó unas faenas plagadas de desaciertos.

En otro festejo de casi tres horas de duración, al desangelado ruedo de la calle de Xátiva salieron seis novillos de El Pilar que, en mayor o menor medida, ofrecieron bastantes opciones de triunfo a una terna de aspirantes que, sea por el viento o por su falta de acoplamiento y apuesta, no acabó de aprovecharlas.

Numéricamente, el gato al agua se lo llevó el valenciano Jordi Pérez "Niño de las Monjas", para el que el poco público que se sentó en los gélidos tendidos pidió muy generosamente sendas orejas que, a tenor de los méritos alcanzados por el novillero, tuvieron un claro color localista.

Desde que saludó al primero a portagayola, el tesón y la firmeza del valenciano ante dos novillos noblones -uno que se vino pronto abajo y un cuarto más encastado- fueron innegables, pues fue así como logró sobreponerse al desagradable clima que dominó la tarde.

Pero, menos toreado que sus compañeros, al Niño de las Monjas se le echó en falta algo más de fibra para ligar y alargar los muletazos, como le sucedió con el buen cuarto al que, eso sí, mató de un contundente espadazo.

Las dos faenas del toledano Álvaro Alarcón estuvieron marcadas por los altibajos, pues de una tanda a otra se alternaban aciertos y desaciertos, variaciones de colocación y de concepto, que le impidieron macizar su labor.

El de Torrijos le cortó la oreja a su primero, al que acertó a templar y a equilibrar ya en el tramo final del trasteo, justo cuando el novillo comenzó a perder celo, y se la negaron del quinto, un utrero alto y escurrido que embestió con dulzura, pero al que, por dichas incoherencias técnicas, no terminó de cuajar en un larguísimo empeño.

También le dieron un trofeo del sexto al extremeño Manuel Perera, que hoy se despedía del escalafón de novilleros, una vez que ya tiene anunciada su alternativa en la próxima feria de Sevilla.

Y es precisamente ese detalle el que ha de contar en el análisis de su desconcertante actuación de hoy en Valencia, pues, a pesar de su intenso rodaje y de su previsto salto a las corridas de toros, Perera dejó muchas dudas en el aire ante un buen lote de novillos de El Pilar.

Ya que se mostró destemplado y tosco, tirando de más de ventajas y alivios, con el precioso y excelente tercero, pero nunca se asentó ni pudo con el último, que le propinó una aparatosa voltereta cuando lo recibía de capa.

Puede que el percance afectara de alguna manera al novillero a la hora de manejarse con un animal también noble y claro a poco que se le hicieran bien las cosas, pero el hecho es que, tras otras tres cogidas sin aparentes consecuencias, el de Badajoz abrió muchos interrogantes sobre su verdaderaa capacitación para recibir el doctorado.

Valencia, miércoles 16 de marzo de 2022. 3ª de Feria. Unos 1.500 espectadores.

Novillos de El Pilar, el segundo como sobrero de un titular devuelto por inutilizarse en varas, de presentación muy desigual, en cuanto a alzadas, cuerna y cuajo. Medidos de raza y fuerzas en general, la mayoría sacaron nobleza y cierta clase, en especial el tercero, precisamente el de mejores hechuras.

Jordi Pérez "Niño de las Monjas", oreja tras aviso y oreja.

Álvaro Alarcón, oreja y vuelta tras petición y aviso.

Manuel Perera, ovación tras aviso y oreja.