14ª DE ABRIL

Pepe Moral, emocionó y convenció

El sevillano, dos orejas. Encastados 'miuras'

Pepe Moral en su salida a hombros este domingo por la Puerta de Cuadrillas de la Real Maestranza

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Acabó la feria y se engrandeció la tarde de “miuras” con el encuentro de dos toreros tan aparentemente distintos pero muy iguales en valor y entrega. Si en Escribano todo parece ser arrebato, en Moral todo parece ser sutileza y expresividad. Lo curioso es que a los dos se les entiende y son creíbles. Algo habrán hecho bien para conseguirlo.

Pero hoy el toreo de Pepe Moral que, quizá, quedará inconcluso con el segundo toro de la tarde lo resolvió necesariamente con el gran cuarto de la encastada e interesante corrida de Miura. Habituado a lidiar este tipo de toros, no le vino grande el desafío en una lidia en la que incluso obtuvo la creatividad ante el flujo de complejas, aunque encastadas, embestidas. Toreo poderoso, a veces, notablemente inspirado y muy sutilmente trazado. Del mismo modo, tanto el lento recorrido de las telas, como la notable colocación para hilvanar, hicieron de la faena expresión alusiva a un toreo que emocionó y convenció.

El natural ocupo un lugar destacado en la importante lidia al mejor toro de Miura. Naturales soberbios a los que sumó el atractivo de una derecha templada y los detalles de trinchera, el molinete y excelentes pases de pecho. Fue un placer ver torear así de bien a un toro de Miura. El palaciego lo consiguió en una faena de esas que ilustran el valor y la calidad de un torero que, además, comienza a revalorizarse en su justa medida. La estocada, ligeramente desprendida, no fue óbice para obtener una de las orejas con más peso de la feria.

Supo transmitir también el gozo con su sensibilidad y poder en la lidia del segundo, un toro con las complicaciones de la casta, al que supo y pudo en una faena con algún altibajo, en la que hubo momentos esenciales una vez superadas las complejas acometidas. Y así, corregidas y aumentadas en su recorrido, pudo con ellas hacer su toreo diestro con tanta sencillez como precisión. Sin duda, faena también de rico contenido zurdo con lo que convirtió el pase en una visión de toreo al natural atractivo y clarividente. Tras la estocada le pidieron la oreja que, pese a la aparente minoría de pañuelos, le presidenta concedió.

Es cierto que Moral se la jugó con un “miura” difícil para hacerle el toreo que hoy gusta. El sexto fue de esos bichos que no te regalan una sola embestida clara. Lo supo el sevillano de los Palacios desde las acometidas al peto. Lo intentó con todas sus ganas y verdad. Pero no pudo ser. Esta vez pinchó y le despidieron con una ovación.

Manuel Escribano posee un toreo muy característico. Sus formas no cultivan las calidades sedosas y aterciopeladas del “artista”, pero sí un valor a toda pruebas y muchos matices incisivos y penetrantes que lo hacen auténtico y distinto. El sevillano de Gerena se enfrentó en primer lugar al Miura característico del mítico hierro: alto, largo, de fino cuello, y de muy cortas y cambiantes embestidas sin humillar. Escribano anduvo desigual en banderillas y aguantó derrotes y desarmes en faena imposible. Necesitó del descabello para finiquitar y le obligaron a saludar.

Al tercero le faltó fondo y el esfuerzo del torero quedó en nada. Manuel se fue delante de chiqueros y aguantó la parada a secas del toro con frío y seguro valor. Gustaron los lances a la verónica, y nadie se distrajo en una lidia con pasajes interesantes hasta que el toro se paró. Unas manoletinas pusieron fin a lo hecho, y con estocada y dos golpes de descabello lo tumbó.

Y con el quinto, lidiado como sobrero tras la devolución por falta de fuerzas del titular, se la volvió a jugar a portagayola y, sobre todo, con ese par de banderillas sentado en el estribo, y sin salida posible para el toro, clavado de forma espectacular. Después volvieron las dificultades en la lidia de un toro que topaba y punteaba los engaños con saña, a la defensiva y mal estilo. Y ante lo imposible nada fue posible.

De todas formas, interesante corrida de fina del ciclo de Feria de Abril, con dos toreros que lo dieron todo, que se jugaron la desafiante apuesta ganada por Pepe Moral. Todo un gozo verlo torear.

Sevilla, domingo 22 de abril de 2018. 14ª de Feria. Casi lleno.

Toros de 

, el quinto lidiado como sobrero. Bien presentados y encastados. Sin humillar y de muy corto recorrido, el primero; complicado por encastado, el segundo; de prontas embestidas y poco fondo el tercero; bravo y fijo en los engaños, el cuarto, un gran toro; topando en las telas y a la defensiva el sobrero quinto; orientado el sexto.

Manuel Escribano, de nazareno y oro, saludos, saludos y saludos.

Pepe Moral, de negro y plata, oreja, oreja con petición de la segunda y saludos.

Indicencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera novillero y banderillero local José Rodríguez "El Pío", fallecido el sábado.

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