FERIA DE COLOMBINAS

Pleno de orejas para un inmenso Perera en Huelva

El extremeño sale a hombros junto a David de Miranda ante una gran corrida de Torrealta.

Natural de Miguel Ángel Perera durante su actuación este viernes en La Merced de Huelva

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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El primer toro de Torrealta estuvo muy al límite de la presentación mínima para Huelva. Su mermada fortaleza de salida se vio aún más disminuida con una fuerte costalada en los primeros tercios. Sebastián Castella tiró de oficio y temple para estructurar una faena solvente pero carente de alma. Solo en el arrimón final parecieron enfadarse algo más toro y torero. Lo cazó a la primera de un espadazo trasero que suficiente para tumbar al astado.

El jabonero que hizo cuarto fue otro animal tan noble como soso. Castella volvió a mostrarse técnicamente perfecto. Todo a favor del toro para que éste no viese más que muleta. Pero la emoción brilló por su ausencia. Hubo petición, que no llegó a mayoritaria.

"Legionario" gustó desde que salió por chiqueros. Guapo, entipado, estrecho de sienes y con seriedad por delante. El paso por el caballo fue testimonial como siempre. Crudo por la apuesta de Miguel Ángel Perera. El extremeño inició su faena por su ya clásicos cambiados por la espalda. Las primeras tandas a derechas, frondosas en el número de muletazos y la media como altura para imantar al de Torrealta. La faena creció por la izquierda, tanto como los naturales de Perera. Profundo el trazo con el toro embistiendo con prontitud, celo y buen son. Perfecta la conjunción entre ambos. Y un final por luquesinas y varios circulares con el toro buscando tablas fueron el colofón a una obra que remató de una estocada trasera. La vuelta póstuma al toro y el doble trofeo premiaron a ambos protagonistas.

Con la Puerta Grande amarrada, Perera salió a por todas con el quinto, un ejemplar de Torrealta de una clase exquisita. Poderoso con el capote, el de Puebla de Prior cuajó después una faena de intensidad siempre mantenida. Limpieza en el trazo, dimensión en redondo y largura máxima al natural. Y una última tanda por la derecha con el toro embistiendo como un tejón y Perera dándole fiesta por abajo. Rotundo todo. La espada cayó caída y trasera y ralentizó algo la muerte del toro. Esto no restó intensidad a la petición del doble trofeo que el palco concedió.

Otro gran toro fue el tercero. Un ejemplar con casta, transmisión, entrega y clase desde que salió al ruedo. Muy decidido David de Miranda desde que se abrió de capote. El quite por saltilleras tuvo exposición y ajuste. Con la muleta, el onubense estuvo afanoso, acoplándose a la velocidad que traía el toro. A veces la explosividad y celo del toro desbordaron al joven diestro, que sin embargo, solventó a papeleta a base de actitud y pulso. Un pinchazo previo a un espadazo suelto dejó el premio en una oreja.

El sexto se movió mucho, pero le faltó humillación y claridad en sus viajes. Una exigencia de movimientos sobrepasó en ocasiones a De Miranda. La benevolencia de sus paisanos le premió con una nueva oreja que le valía para abandonar a hombros el coso de La Merced.

Huelva, viernes 4 de agosto de 2017. 2ª de Feria. Dos tercios de plaza.

Toros de 

, bien presentados pero desiguales de hechuras y remates. Nobles pero sosos primero y cuarto. De juego noble y con duración un segundo que fue premiado con la vuelta al ruedo. Un tercero encastado y de gran juego. El quinto, de gran clase. Sin entrega el sexto.

Sebastián Castella, saludos y saludos.

Miguel Ángel Perera, dos orejas y dos orejas.

David de Miranda, oreja y oreja.

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