SEVILLA

Rafael González roza el triunfo y Calerito cae herido grave

Una vuelta al ruedo dada por Rafael González y una cornada grave a Calerito, han marcado el festejo inaugural de la Feria de San Miguel.

Rafael González en su vuelta al ruedo este viernes en la Real Maestranza de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El suceso más destacado del festejo que abría la feria de San Miguel en Sevilla estuvo protagonizado por el novillero madrileño Rafael González, que mereció cortar la oreja del cuarto astado de una tarde en la que la cruz la puso el grave percance de Calerito, que se entregó a tope con su lote.

Rafael González repetía en la plaza de la Maestranza avalado por su valiosa actuación anterior en esta plaza.

Era, con mucho, el novillero más destacado del año en el abono maestrante y el madrileño volvió a salir dispuesto y resuelto a refrendar esa condición después de ganarse el puesto en esta novillada de apertura de la feria de San Miguel que había quedado con la terna en blanco en la presentación de los carteles en el mes de febrero.

No había podido ser con el primero, un utrero con algunas dosis de bondad pero envuelto en una mansedumbre tan exasperante que sólo permitió a González mostrar esa actitud de entrega desde que inició su faena con muletazos de rodillas hasta que lo pasaportó con una buena estocada.

Pero lo mejor estaba por venir y la suerte puso en sus manos el ejemplar más potable del decepcionante encierro de Villamarta. Fue el cuarto, un precioso castaño que protestó de salida y derribó estrepitosamente en el caballo. González lo recibió por estatuarios, muy firme la planta, antes de cuajarle una honda y redonda serie diestra.

Los aficionados se pusieron alerta. Hubo una nueva tanda, dictada a cámara lenta y plena de ritmo, que pareció apurar hasta la última gota de gasolina del utrero, que aún se desplazó por el pitón izquierdo mientras el novillero, entregado por completo, arrastraba la muleta por el albero. En la siguiente ronda de muletazos echó el freno y le tiró un feo pitonazo.

Se había agotado la embestida, pero el chaval, perdido el sentido de la medida, insistió en alargar la faena sin rumbo ni lógica cuando tenía cortada una oreja de verdadero peso. Un aviso inoportuno tras la estocada terminó de emborronar ese epílogo innecesario y a la petición de trofeo le pudo faltar contundencia.

Aunque el palco, en justicia, debió estar por encima de cualquier circunstancia y conceder el trofeo.

El segundo novillero de la terna, Calerito, hizo un esfuerzo baldío que le acabó llevando a la enfermería. Pero hay que destacar que el aspirante de Aznalcóllar se entregó a tope con el segundo de la tarde, una animal deslucido y de embestida rebrincada al que toreó como si fuera bueno, logrando enjaretarle muletazos de excelente trazo.

Pero Calerito se iba a topar con un quinto que siempre le puso los pitones a la altura de la cabeza. Empeñado en sacar agua de un pozo seco, prolongó la faena hasta más allá de lo recomendable hasta ser enganchado por la axila. Su gesto de dolor delató el percance, dejando su muerte en manos de González, que sudó tinta hasta poder echarlo abajo.

Cerraba la terna un novillero charro, Antonio Grande, que mejoró notablemente la impresión mostrada en su compromiso anterior en esta misma plaza. Grande llegó a cogerle el aire al tercero, un ejemplar blando y sin relieve al que toreó con compostura antes de que echara el freno. La estocada fue fulminante. Con el sexto, más espeso, la faena no terminó de coger nunca el vuelo.

Sevilla, viernes 27 de septiembre de 2019. 1ª de Feria. Menos de media plaza.

Novillos de 

, bien presentados. El encierro brindó un decepcionante juego global aunque se libró de la quema el noble y obediente cuarto, que duró demasiado poco. El primero resultó manso total; bruto y deslucido el segundo; blando y rajado el tercero; áspero y con la cara por las nubes el quinto; espeso el sexto.

Rafael González, ovación, vuelta tras aviso y petición, y silencio tras aviso en el que estoqueó por Calerito

Juan Pedro García "Calerito", ovación en el único que mató.

Antonio Grande, ovación y palmas de despedida.

Parte médico de Calerito: "Herida inciso-contusa en región axilobraquial izquierda que afecta el músculo bíceps braquial sin afectar al paquete vasculonervioso". El parte, firmado por el doctor Octavio Mulet, califica el percance de "grave".

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