GESTIÓN
Se reanuda el proceso de adjudicación de la plaza de toros de Albacete
Los futuros empresarios tienen un horizonte plagado de incertidumbres: muchas obligaciones gravosas y sin certezas por los ingresos en taquilla debido a la COVID-19.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este viernes 27 de noviembre se publicaron las nuevas -pocas- modificaciones del pliego de adjudicación de la plaza de toros de Albacete, por lo que reanudaba la carrera por ser el nuevo gestor del coso de la calle Feria tras la salida en falso de la pasada primavera.
De esta forma, el documento del mes de marzo que ya era tardío y con varios cabos sueltos, únicamente ha variado en cuanto a su duración (tres años y dos más de prórrogas) así como una posible reducción del canon que sería proporcional al aforo que se redujese debido la pandemia. Además, en caso de que se suspendiesen festejos, o que el aforo quedase limitado al 50% o menos, se consideraría que ese año de contrato no se computaría y el contrato se prorrogaría automáticamente un año más.
El plazo para presentar ofertas finaliza el 11 de diciembre
Un pliego obsoleto y desfasado
El documento en cuestión se basa en cifras de 2019, tanto a la hora de cuantificar el contrato y el canon así como en datos relativos a toreros y ganaderías a la hora de su contratación. Esas cifras se basan en los ingresos y gastos de un año previo a la pandemia, por lo que parece alejado de la realidad social, económica y taurina del 2020, con la salvedad descrita anteriormente sobre el canon y los efectos de la pandemia. Como muestra, un botón: en el pliego se dice que dos toreros de cada cartel deberán encontrarse entre los 17 primeros puestos del escalafón en cuanto a triunfos en plazas del primera, ser triunfadores en plazas de primera en la temporada en curso, ser triunfador de la anterior Feria de Albacete o de la corriente, teniendo que anunciarse un mínimo de tres toreros locales. Pues bien, el número uno de ese cuadro de triunfadores en 2019 es Sebastián Castella, diestro que actualmente se ha retirado.
Además, recordaremos que el pliego nada dice del tercer espada que completa las ternas, por lo que ahí puede incluirse al torero número 100 del escalafón, por ejemplo, yendo este extremo claramente en detrimento de la calidad del abono. Además, aunque se dice que se valorará el incluir una corrida torista en el abono, no se valora específicamente esta cuestión a la hora de obtener la plaza, ni tampoco se describe qué se considera torismo, por lo que hubiera sido preferible denominarlo “variedad de encastes” en el pliego.
Tampoco nada se dice en el pliego sobre qué sucedería con la ubicación de las localidades de los abonados en el caso de una hipotética reducción del aforo pero que no impidiese la celebración del serial. Esta pelota queda en el tejado del empresario, que será quien deberá plantear soluciones a este asunto en su futura oferta de licitación.
Gastos de tiempos de bonanza e ingresos en fechas de pandemia
El futuro empresario deberá hacer frente a las siguientes obligaciones de manera anual: 8 corridas de toros y dos novilladas con picadores, 61.000 euros de canon (IVA incluido), dos novilladas sin picadores (una de ellas en San Juan), colaborar en la organización del Cotolengo, cuatro clases prácticas para la Escuela taurina y 60 becerras de ganaderías de reconocido prestigio. Además de la desencajonada, una gala de presentación de los carteles y doce festejos populares, las tradicionales vaquillas.
Pero no termina ahí el capítulo de gastos de la futura empresa, además se contempla como posibilidad valorable en la oferta que presenten para hacerse con la plaza que se reduzca el importe de los abonos de menores de 28 años, parados y jubilados, así como las entradas sueltas y los abonos, donde no se pone un límite de reducción de precios, lo que puede redundar en menos ingresos en taquilla por estos conceptos.
Además, el pliego permite ofertar hasta dos clases prácticas más y otras 24 vacas entra para la Escuela. Es decir, más gastos que aumentan la mochila de los costes. Y si le añadimos que desconocemos los ingresos que realmente habrá para Feria por culpa de la pandemia, el futuro es como construir sobre arenas movedizas.
Por lo que, en resumen, si los gastos fijos son elevados, las posibles ofertas aumentan la inversión inicial que tiene que hacer la futura empresa, y los ingresos se ven reducidos, todo apunta a que la tan cacareada fortaleza y buena salud del abono de la plaza de toros de Albacete no esté garantizada, ni mucho menos.