5ª FERIA DE SAN ISIDRO
Rufo y El Freixo, la cara del triunfo; Perera, la cruz ensangrentada
Tarde de contrastes en Vistalegre con el triunfo de Tomás Rufo y la ganadería de El Freixo y la grave cornada que sufrió Manuel Perera.
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La Fiesta tiene estas cosas. En algo más de horas se puede pasar del gozo al sufrimiento y de ahí de nuevo al disfrute. Algo así pasó con la importante novillada lidiada por El Juli con su hierro de El Freixo. Un conjunto de alta nota por bravura y nobleza que permitió el triunfo de Tomás Rufo, pero que también dejó el agrio sabor de boca en forma de percance, el que sufrió Manuel Perera.
No se dejó nada en el tintero Antonio Grande en el manejo del capote. Lo recibió con tijerillas rodilla en tierra, toreó a la verónica y dejó después un quite por gaoneras de compás abierto. Repitió mucho y bien el animal de El Freixo, un notable novillo que mantuvo siempre el nivel de emoción y casta en sus embestidas. El novillero salmantino dejó muestras de su concepto templado y sobrio, algo acelerado a veces y más reposado en otras, sobre todo en el toreo al natural. El final, también de hinojos, con varias manoletinas. Y un estoconazo hasta la yema con el novillo resistiendo con bravura la muerte. La oreja cayó por mayoría de pañuelos.
Otro buen novillo fue el segundo, primero del lote de Tomás Rufo. El toledano paladeó las enclasadas y nobles embestidas del pupilo de El Juli. Tuvieron pulso y cadencia las series al natural, con remates inspirados y toreros. Cuando el novillo redujo revoluciones, brotaron naturales casi a cámara lenta en la distancia corta. Se volcó con mucha verdad sobre el morrillo del utrero, que salió muerto del trance. La oreja tuvo su importancia y peso.
Manuel Perera se fue enfrente de la puerta de chiqueros para recibir a su primero con el capote a la espalda. Dejó lances con el capote de todo tipo y marca después. Más firmeza y ganas que limpieza en las suertes. ‘Rebujino’, que así se llamaba el novillo, fue una máquina de embestir de principio a fin. Humillado, profundo y con emoción en sus viajes. El extremeño fue todo valor, obligando por abajo la encastada embestida de su oponente. Mejor por el pitón derecho, por donde hubo más acoplamiento entre novillo y novillero. Un final por manoletinas dio paso a una estocada en la que Perera quedó literalmente colgado del pitón por la zona de la ingle. Fueron segundos angustiosos hasta que fue recogido en el suelo y llevado a la enfermería. La oreja fue paseada por la cuadrilla.
Con el mal cuerpo aún en los tendidos se lidió el cuarto, un novillo manejable con el que Grande se mostró de nuevo solvente y templado, aunque la faena no terminó de coger vuelo.
La intensidad y el buen toreo se retomó con el quinto, otro ejemplar de El Freixo que tuvo un gran fondo de nobleza y con el que Tomás Rufo rayó a gran nivel. El de Talavera se explayó en una faena marcada por la lentitud de los muletazos. Reducía la embestida del novillo a base de temple y mando. Al natural, con el novillo venido algo a menos, tiró del utrero para extraer con mérito muletazos de largo y profundo trazo. Enorme la dimensión de Rufo. Y contundente el volapié con el que tumbó al novillo. Las dos orejas fueron incontestables.
Se ovacionó de salida al colorado sexto, con el que Grande quiso también reivindicarse y mostrar su disposición. Pero todo fue de más a menos. Éste de El Freixo fue un novillo manejable pero sin la excelencia de otros hermanos suyos de camada. El trasteo del novillero charro se vivió con frialdad desde los tendidos y todo se fue diluyendo. Lo avió de forma rápida con una estocada caída.
Madrid, lunes 17 de mayo de 2021. 5ª de Feria. Unas 1.000 personas sobre el aforo permitido.
Novillos de El Freixo, bien presentados aunque algo desiguales de tipo. Conjunto de buen y variado juego. Destacaron los bravos 1º y 3º. El resto, de gran fondo de nobleza. Aplaudidos en el arrastre.
Antonio Grande, oreja, silencio y silencio tras aviso.
Tomás Rufo, oreja y dos orejas.
Manuel Perera, oreja en el único que mató.
Parte médico de Manuel Perera: "Cornada en la fosa ilíaca izquierda, con una trayectoria ascendente y hacia afuera de unos 30 cms, que desgarra musculatura de pared abdominal, y otra trayectoria hacia arriba y adentro que penetra en cavidad peritoneal con evisceració de asas intestinales y arrancamiento de epiplón, alcanzado una extensión de 40 cms. Pronóstico muy grave".