3ª VID DE ORO

El toreo profundo y a cámara lenta de El Mene conmociona en Arganda del Rey

Buena novillada de Toros de Pablo Mayoral con un sexto de vuelta al ruedo. Oreja para Adrián Centenera.

El Mene en su salida a hombros este miércoles en Arganda del Rey

COPE.es

El Mene en su salida a hombros este miércoles en Arganda del Rey

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

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Llegaba El Mene a Arganda del Rey tras proclamarse este martes triunfador del Alfarero de Oro de Villaseca. El salmantino acreditó las condiciones que le están granjeando fama entre los aficionados. Torea muy despacio y eso es muy difícil. Tanto con el capote como con la muleta. En primer lugar tuvo enfrente un novillo de gran calidad pero mermado de fortaleza. No le importó al novillero que lo pasó por el pitón derecho con temple, ajuste y expresión, rematando siempre atrás las embestidas. El fallo a espadas se llevó cualquier posibilidad de premio tangible.

El sexto otro novillo muy bien presentado y que derrochó clase a raudales en el último tercio. Y ahí llegó el cante grande con la noche ya cayendo sobre Arganda del Rey. El Mene conmocionó a los tendidos con un toreo profundo a más no poder, ralentizándose en los embroques y con una tersura y limpieza que solo están al alcance de los elegidos. El salmantino ahora sí amarró el triunfo con una gran estocada y a sus manos fueron a parar las dos orejas del ejemplar del hierro cacereño, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Abrió plaza un novillo de Toros de Pablo Mayoral manso en los primeros tercios pero que rompió a embestir con cierta largura y nobleza a la muleta de El Mella, que se acopló mejor en la primera parte del un trasteo que se fue diluyendo.

El cuarto fue mal lidiado en los primeros tercios y llegó al de muleta con una embestida sosa con la que tampoco dijo mucho el novillero pacense.

Un buen novillo fue el segundo, un toro con toda la barba y de perfectas hechuras. El animal que desarrolló nobleza en el tercio de muleta y ante él estuvo un dispuesto Adrián Centenera que aprovechó las potables embestidas en dos buenas series por el pitón derecho. Después hubo menos conjunción y tras una estocada efectiva se le concedió una oreja al límite de la mayoría de pañuelos.

El quinto se movió sin clase ni ritmo a la muleta de un Centenera que puso disposición y oficio aunque poco lucimiento artístico. Lo mejor, de largo, la estocada con la que tumbó en cuestión de segundos al de Mayoral. Se volvió a pedir la oreja pero esta vez el palco consideró que no había el quórum necesario. Dio una vuelta al ruedo lógica pero después se pegó otra tan por su cuenta que ni la gente le aplaudió y además, le pidió una tercera con sorna.