COLOMBIA
Tres orejas al temple y poder de Juan de Castilla en Puente Piedra
El festejo en los alrededores de Bogotá sirvió para el triunfo del reaparecido Juan de Castilla. El español José Garrido, oreja.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hace rato Juan de Castilla dejó de ser sorpresa. Más bien su costumbre de salir por la puerta grande casi se ha hecho cotidiana. Ahora lo hizo en Marruecos, o ‘Puente Piedra’, como la llaman coloquialmente los aficionados de la capital colombiana.
Y lo hizo por partida doble. Primero, al cortar dos orejas al que le sirvió para volver a los ruedos después de casi dos años de inactividad.
La suya en ese toro fue una faena digna de este ruedo, pero también de cualquier albero de primera categoría en este país y en otras latitudes.
Mando, temple, poder y mucho sitio se convirtieron en eficaz fórmula, tanto para dejar ver todas las cualidades del toro de la familia Sanz de Santamaría, como en la tarea de sentar primacía de principio a fin y rematar con espadazo que le dio pleno derecho a las dos orejas.
En el sexto, De Castilla remató su gran tarde ante un animal con raza que le exigió, a lo que el torero local supo responder. Oreja.
José Garrido exhibió en este ruedo lo que ya había escrito con lujo en Manizales hace unos días.
Así cosechó más que una ilusión para sí mismo en el de su apertura, oreja. Y pudo cortar otra en el quinto, en el que se puso muy firme como recurso indispensable ante un ejemplar que dio pelea, pero la espada no entró.
Román también figuró por momentos en la galería de emociones de la tarde, con dos toros muy diferentes. Uno, el primero, más presto para ir tras los engaños, aunque fue de más a menos. Palmas.
El cuarto de la tarde dejó huella de bravura en el caballo y luego, por instantes, acompañó las líneas que le trazó el torero español. El estoque no funcionó y todos los honores se los llevó el astado, al que le dieron vuelta al ruedo.
Puente Piedra (Colombia), sábado 15 de enero de 2022.
Toros de Mondoñedo, bien presentados y bravos, con uno, el cuarto de la tarde, de vuelta al ruedo por su comportamiento en el caballo, donde tomó tres varas. Los demás, entre palmas en el arrastre.
Román, palmas y silencio.
José Garrido, oreja tras aviso y palmas tras.
Juan de Castilla, dos orejas y oreja.