3ª FERIA DEL PILAR
Una descafeinada 'concurso' se suma al deslucido el arranque de la feria del Pilar
Antonio Gaspar 'Paulita' dio la única vuelta al ruedo en Zaragoza en un festejo lastrado por el poco juego de los toros lidiados.
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La corrida concurso de ganaderías de "seis para seis" anunciada para hoy en Zaragoza, primer festejo mayor de esta feria del Pilar, resultó un espectáculo descafeinado por la falta de raza general de los astados y el escaso lucimiento que pudieron sacar de ellos los matadores, entre los que solo Paulita logró dar una vuelta al ruedo.
Eso sucedió en el primero turno, cuando el torero maño logró sobreponerse al incierto inicio del astado de Castillejo de Huebra, que tras tomar cuatro puyazos sin celo, acusó también una notable falta de entrega ante la muleta, con la que, aun así, logró Paulita ligarle algunas series estimable por la derecha.
Desde entonces la corrida entró en una espiral de sosería y falta de lucimiento, pues Serranito tuvo que enfrentarse a un segundo de Pereda con más de 600 kilos y que no hizo más que defenderse por falta de raza y de fuerzas, llegando incluso a prenderle de muy fea manera, aunque sin consecuencias, cuanto lo intentaba torear al natural.
El tercero, de López Gibaja, se conmocionó de salida, por lo que fue sustituido por un sobrero también de Pereda que tampoco tuvo energías ni casta, y al que Joselillo robó con paciencia algunos muletazos con la derecha, dándole muchas pausas y alivios.
Rubén Pinar le ligó varias tandas estimables al cuarto de Sánchez Herrero, que entró tres veces al peto pero que gastó pronto su buen pero corto fondo de raza, sin que la faena del albaceteño acabara de tomar vuelo.
El reaparecido torero aragonés Carlos Gallego lidió al "veragua" de Aurelio Hernando, que tuvo raza y ciertas complicaciones que él no acabó de resolver pese a su voluntad y que le costaron una voltereta a final de faena.
Por fín, el último toro de esta limpieza de cercados fue otro descastado ejemplar de Hermanos Cambronell, a punto de cumplir los seis años de edad, y que no paró de protestar a los cites el salmantino Juan del Álamo, que pasó sin opción alguna por Zaragoza.