MADRID

Una despedida, una repetición y un debut que cotizaron al alza en Las Ventas

Los novilleros Sergio Rodríguez, Mario Navas y Bruno Aloi dan la cara con una seria novillada de Los Chospes.

Sergio Rodríguez dejó los mejores muletazos de la tarde con el cuarto de Los Chospes

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Tuvo su mérito que en tiempos de conformismo y carreras llevadas entre algodones, Sergio Rodriguez viniese a despedirse de novillero a Madrid a una semana vista de su alternativa en Ávila.

El abulense sorteó en primer lugar un novillo con más movilidad que entrega en sus embestidas con el que destacó en la primera parte del trasteo. Por el pitón derecho dejó varios redondos de trazo mandón. Pero al natural no hubo el mismo entendimiento y la faena se amontonó hasta ir diluyéndose.

Pero donde estuvo importante de verdad Sergio fue con el serio cuarto, un novillo con más trapío que el 90% de los toros vistos en Sevilla. Un animal que además tuvo una embestida humillada, enclasada y profunda. La faena cogió vuelo cuando el novillero tiró del novillo al natural. Largos y templados surgieron los naturales. Faltó ligazón pero fue suplida por la rotundidad de cada muletazo. Volvió a la diestra y por ahí si hubo esa ligazón necesaria para elevar aún más la nota del trasteo. Pero con todo a favor, a Sergio Rodríguez se le encasquilló la espada y se sucedieron los pinchazos, esfumándose la posibilidad de tocar pelo. Ahora toca en esta semana atracarse de carretón antes de la alternativa en la ciudad amurallada.

Para ocupar el puesto del convaleciente Manolo Vázquez, Plaza 1 tuvo el detalle de repetir a Mario Navas tras su tras su entonada actuación del pasado domingo. El vallisoletano se las vio en primer lugar con un novillo ofensivo por delante y escaso cuello que, sin embargo, descolgó y humilló en los primeros tercios. Pero el ejemplar de Los Chospes se agrió cuando llegó al de muleta. Mario estuvo porfiando con él por el pitón derecho sin réditos artísticos. Réditos que si llegaron cuando se echó la muleta a la zurda y dejó varios naturales de empacado y templado concepto. No hubo unidad pero sí destellos de su personal toreo. Lo tumbó de pinchazo y media fulminante.

Complicado resultó el quinto, un novillo que nunca vino metido en los engaños y radiografiaba de arriba a abajo al novillero cuando llegaba al embroque. En dos de esas miradas se vino directo a la anatomía de Mario Navas, aunque el pitón no llegó a calar en ninguna de las dos ocasiones. Eso sí, las volteretas resultaron sobrecogedoras por la violencia del novillo buscando hacer presa. La ovación final aquilató la entrega del novillero.

A punto estuvo de durar un suspiro la presentación de Bruno Aloi en Las Ventas. En el primer lance de capote el novillo se le vino al pecho y quedó prendido por la chaquetilla con el pitón apuntando a zonas sensibles. Afortunadamente todo quedó en un susto. El utrero, dentro de su contado poder, sacó nobleza y cierta clase en sus embestidas. El azteca, cuando le cogió el aire a la embestida, firmó varios redondo limpios y bien redondeados. Aunque al conjunto le faltó rematar pese a los buenos apuntes. Pinchó antes de enterrar la espada arriba.

Con el mansito pero noble sexto, Aloi corrió la mano con tersura y buen aire por ambos pitones, pero al de Los Chospes le faltó motor y fondo para que el mexicano hubiese podido redondear su quehacer. Alargó en exceso el trasteo en la búsqueda de un lucimiento que no llegó. Con la espada, eso sí, lo vio claro y dejó un volapié del que salió el de Los Chospes rodado. Hubo una petición de oreja que no llegó a ser mayoritaria. La vuelta al ruedo se protestó.

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