MADRID

Una oreja a la habilidad de Tristán Barroso en la primera novillada del año en Madrid

El novillero madrileño cortó una oreja y dio una vuelta al ruedo ante un bravo encierro de Toros de Brazuelas.

Derechazo de Tristán Barroso al sexto novillo de Toros de Brazuelas al que cortó una oreja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El madrileño Tristán Barroso fue el diestro más destacado de la terna que actuó este domingo en la primera novillada del año en Las Ventas, al lograr dar una vuelta al ruedo en su primero y cortarle la oreja al sexto, con un toreo de más habilidad que sinceridad frente a un bravo encierro, aunque medido de fuerzas, de la divisa de Toros de Brazuelas.

Con decisión y garra, y con una instantánea conexión con el público, Barroso se mostró muy animoso y decidido toda la tarde, ya desde que le hizo un buen quite por chicuelinas al segundo y fijó ya las miradas del tendido de cara a la faena con el que sería el novillo de su presentación en Las Ventas.

Ese tercero, el de menos cuajo del fino encierro vallisoletano, amagó con rajarse en los primeros tercios, pero el novillero madrileño le cogió bien el pulso para sacarle un puñado de buenos muletazos, muy redondeados y sin posible ligazón, tanto por las medidas fuerzas del animal como por la colocación un tanto aliviada del torero en el momento de los cites.

Aún así, en premio a los momentos más logrados de una faena de altibajos, se le pidió muy generosamente una oreja que el presidente no concedió en esta ocasión, aunque sí le otorgó la del sexto, el utrero de mayor duración y fuerzas, que repitió incansable y sin ponerle en mayores apuros.

Esta vez las series de muletazos sí que tuvieron hilazón y cuerpo, aunque se echó en falta mayor sinceridad en el trazo de los pases, casi siempre desplazados hacia las afueras y sin el necesario ajuste, lo que, al intentarlo por el pitón izquierdo, le supuso una aparatosa voltereta sin consecuencias. Con todo, esa garra y esa voluntad de estar le valieron a Barroso ese único trofeo.

También se presentaron en la primera plaza del mundo sus dos compañeros, el riojano Fabio Jiménez y el vallisoletano Daniel Medina, que tuvieron enfrente algunos utreros con mayores posibilidades.

A Medina le cupo en suerte un primero de fina lámina que no paró de embestir en tres o cuatro tandas de muletazos, aunque, falto de fuerzas, siempre a falta de un mayor equilibrio, sin que el castellano, molestado por el viento, lograra asentarle. Ya con el cuarto, que se rebrincó y se rajó pronto, Medina no pudo brillar más que en la buena ejecución de la estocada.

Por su parte, Jiménez se encontró con un segundo de serias, pero muy buenas hechuras, y que tomaba muy abierto los engaños, algo que, entre dudas, él no aprovechó más que en una buena tanda con la mano derecha, sin que el sobrero de María Cascón, totalmente derrengado de los cuartos traseros, le dejara desquitarse entre las protestas constantes del tendido.

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