CORRIDA DE LA PRENSA

Victorino gana a los puntos

Paco Ureña, con el mejor lote, y Emilio de Justo, saludan las únicas ovaciones del último festejo de San Isidro.

Pase de pecho de Paco Ureña al segundo toro de Victorino Martín

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Treinta y cuatro días de toros. Tarde de despedidas para los ‘isidros’, de hasta luego para los aficionados, que el domingo vuelve a haber toros en Madrid. El maratón de San Isidro decía adiós con un encierro de Victorino Martín que llenó la plaza de Las Ventas con el primero de todos los españoles a la cabeza. Gracias Majestad.

La Corrida de la Prensa dejó como nota destacada un notable encierro de Victorino. Falta le hacía en Madrid. Una corrida cumplidora en el caballo pero que tuvo un gran fondo de nobleza y clase en el último tercio con el aditamento de los matices que da la casta. Un gran lote fue el que tuvo Paco Ureña, que reaparecía tras su percance en el campo, y al que Madrid se lo agradeció con una ovación tras el paseíllo.

Hasta la puerta de chiqueros se aventuró Manuel Escribano para recibir a su primero. Se quedó con el molde hecho ya que el toro salió olisqueando la arena y poniendo rumbo a terrenos de sol. El sevillano cuajó un tercio de banderillas con desigualdades y el toro pareció gastar ahí todas sus energías. Tras el brindis a Felipe VI, la faena de muleta de Escribano no oso de discreta por culpa del toro de Victorino. Muy medido de raza, nunca terminó de pasar, tendió a quedarse corto y cuando embistió lo hizo sin celo y saliendo con la cara mirando al horizonte. La estocada se fue a los bajos.

Serio con sus kilos justos salió el segundo. Apretó en varas en sus dos encuentros con el caballo y ya mostró su capacidad humilladora en los capotes. Paco Ureña le cogió rápido la distancia y la altura del ‘victorino’. A derechas dos tandas de ralentizado temple y largo trazo. Mantuvo la intensidad al natural, alargando los muletazos a base de toques. El toro embistió siempre con ritmo y entrega hasta el final. Pero una estocada desprendida que hizo guardia y un golpe de descabello fallido antes de que el toro se echase, enfriaron a los tendidos. La ovación final reconoció el conjunto.

Emilio de Justo se las vio en primer lugar con un animal que rápido cantó su gran virtud. La humillación. Tras cuajar un notable tercio de banderillas Morenito de Arles, el torero cacereño tardó en centrarse con el toro. Los primeros muletazos de las tandas iniciales siempre salieron tropezados, lo que descomponía al toro, que después ganaba la partida a De Justo, que intentó enroscarse al toro cuando éste demandaba un toreo más lineal. Ya pasado el ecuador del trasteo hubo mayor mando y largura en una tanda en redondo. Pero de nuevo volvieron las desigualdades en limpieza y mando. La espada  se le fue a la mitad del lomo, lo que necesitó de vario golpes de descabello.

De nuevo se fue a portagayola Escribano para recibir al cuarto. Esta vez salvó el trance con limpieza aunque después el toro casi le alcanza por la espalda. Del tercio de banderillas que firmó el torero de Gerena destacó el tercer par al quiebro por los adentros. El de Victorino tuvo clase y calidad pero Escribano estuvo espeso y tan gris de ideas como la capa del toro. Un metisaca, una estocada desprendida acabaron con el animal.

Para completar un buen lote, Ureña sorteó en quinto lugar un astado de notable nobleza y clase por el pitón derecho. Tras una primera tanda de alto voltaje llegaron las dudas y la falta de entendimiento. Pidió paciencia el murciano, que a pesar de dejar muletazos sueltos de buena factura, no consiguió dar unidad al trasteo. El silencio final lo igualó todo.

El último toro de la corrida y del San Isidro 2018 fue un ejemplar noblote que pedía siempre firmeza y la muleta por delante. Emilio de Justo volvió a alternar momentos de asentamiento con otros más movidos. Todo un continuo tobogán. Un arrimón final buscó una conexión con los tendidos que también fluctuó. Fue chivata una última arrancada del toro cuando el torero ya había cogido la espada de matar. Se tiró por derecho pero el acero quedó enterrado en los bajos.

Madrid, domingo 10 de junio de 2018. 34ª de Feria. Corrida de la Prensa. Lleno de ‘No hay billetes’. 

Toros de 

, bien presentados, en tipo, de igualadas hechuras. A menos el primero; encastado y noble el segundo; un tercero humillador y enrazado; un cuarto de notable clase; también de enclasada nobleza el quinto; exigente el sexto.

Manuel Escribano, silencio y silencio.

Paco Ureña, saludos tras aviso y silencio.

Emilio de Justo, silencio tras aviso y saludos tras aviso.

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