Se necesitan "muchísimos más recursos" para afrontar la crisis climática, según un experto

Lourdes Uquillas

Madrid, 14 may (EFE) España cuenta con su tercer plan de adaptación climática en marcha, "con una cierta dotación, pero se necesitan muchísimos más recursos" para afrontar la crisis climática, a pesar de la "renuencia que vemos en el panorama político", ha asegurado a EFE el catedrático de Ecología y director del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Castilla-La Mancha, José Manuel Moreno Rodríguez.

"Estamos en un clima desconocido", subraya el catedrático, e incide en que el clima de antes, el Mediterráneo, "era un clima extremo", pero donde en octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero, generalmente, "en la mayor parte de esta cuenca -un poquito menos en el Levante-, eran meses de lluvia".

Este año se han pasado esos meses prácticamente sin lluvias, sostiene, y "eso es un patrón excepcional", y la adaptación climática "tiene que ser generalizada", porque el clima afecta a todos los ámbitos de la vida, a la ciudad, a la agricultura, hay que pensar qué y cuándo se planta, porque "los golpes de calor cogen a muchas plantas en el proceso de fecundación, con lo cual se da una pérdida de fruto impresionante".

Moreno Rodríguez asegura que "hay que hacer un esfuerzo muy grande", porque España tiene su tercer plan de adaptación en marcha, pero son necesarios "muchísimos más recursos", y explica que los planes de adaptación, "la mayoría de ellos suelen estar en fase de proyecto, porque cuesta dinero y porque hay todavía renuencia, lo vemos en el panorama político".

"Hay partidos políticos que directamente niegan (la crisis climática), se inventan la ciencia, lo cual como científico me es insoportable. Los gobiernos han estado financiando durante años y creando infraestructura científica para, precisamente, poder conocer las cosas y estar preparados para poder vivir mejor, y ahora vemos que hay partidos políticos que son incapaces de enfrentarse a la realidad y lo que hacen es que se inventan la ciencia", subraya.

En el tema de Doñana, como miembro del Consejo Científico de Parques Nacionales, dice: "Esto es insoportable, como ciudadano y como científico, me parece inadmisible, vemos una vez y otra vez cómo los recursos se utilizan más allá del consejo científico, en un sistema que ya está sobreexplotado, pero de nuevo volvemos otra vez a darle otra vuelta de tuerca más hasta que lo destruyamos totalmente".

El catedrático explica que el año pasado fue el sexto año más cálido desde que hay registros y lo fue durante una asociación con el fenómeno de La Niña, "donde normalmente las temperaturas globales suelen ser más bajas" y se preveía "que este año -porque La Niña se ha acabado en condiciones normales- ya iba a ser más cálido", pero, alerta, "El Niño todavía no está manifestando sus efectos más fuertes, cuando los manifieste sufriremos esas consecuencias".

No obstante, dice, aquí, en lo que a los patrones de precipitación se refiere, "ya hay un cambio de patrón, no llueve como solía llover, ahí están los datos acumulados de precipitación".

Explica que las lluvias tardan más en venir y cuando vienen lo hacen torrencialmente, con lo cual "son menos eficientes a la hora de empapar el terreno y que no fluyan superficialmente", y como las precipitaciones caen de golpe, el terreno no lo puede absorber y se producen esos fenómenos de "inundación relámpago".

Por ello, asegura, "hay que prever estas situaciones y revaluar las medidas", porque si, como todo indica, se va a tener "menor disponibilidad de agua, en las ciudades, en la agricultura -que es el mayor consumidor de agua-, hay que poner mecanismos para reutilizar el recurso".

Cuanto mayor sea el calentamiento de la tierra, "mayores serán esos impactos y mayores las medidas que habrá que tomar", como recoge el Plan de adaptación con respecto a las ciudades, donde viven mucha población y se acumulan "las islas de calor. Eso obliga, entre otras cosas, a modificar el concepto de ciudad, cambiar su fisonomía, tener más espacios arbolados, evitar el cemento y disminuir el tráfico necesariamente".

"Es una situación que a la gente, le guste o no, es como lo de Colón, hemos puesto rumbo a lo desconocido y simplemente nos está cayendo encima lo que no esperábamos", asevera.