Preguntar el color de las cebollas o un lápiz entre los dientes; las ideas más peregrinas para evitar el hipo

Es un movimiento molesto para el que se han ideado miles de remedios, algunos de ellos bastante curiosos, lo que no quiere decir que no sean efectivos

Preguntar el color de las cebollas o un lápiz entre los dientes; las ideas más peregrinas para evitar el hipo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El hipo se produce por las contracciones involuntarias del diafragma, el músculo que separa el pecho del abdomen y que juega un papel importante en la respiración. No es un movimiento inhabilitante, pero sí molesto. Para controlarlo se han ideado miles de remedios, algunos de ellos bastante curiosos, lo que no quiere decir que no puedan resultar efectivos.

¿QUÉ ES EL HIPO?

Cada vez que un bebé recién nacido tiene hipo, desencadena una gran ola de señales cerebrales que podrían ayudarle a aprender cómo regular su respiración, según advierte un estudio del University College de Londres (UCL) publicado en 'Clinical Neurophysiology', que se basaba en escáneres cerebrales de recién nacidos.

Las razones por las cuales tenemos hipo no están del todo claras, pero puede haber una razón de desarrollo, dado que los fetos y los recién nacidos tienen hipo con tanta frecuencia", explica la investigadora Kimberley Whitehead. De hecho, los bebés prematuros son particularmente propensos al hipo, al que dedican unos 15 minutos al día. De hecho, el hipo comienza en el útero a las nueve semanas de edad gestacional, lo que los convierte en uno de los primeros patrones de actividad establecidos.

Parece que la actividad resultante de un hipo podría "ayudar al cerebro del bebé a aprender a controlar los músculos de la respiración para que eventualmente la respiración pueda controlarse voluntariamente moviendo el diafragma hacia arriba y hacia abajo", explica el doctor Lorenzo Fabrizi.

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A la vista de estos datos, los expertos se han preguntado si el hipo en los adultos puede ser un reflejo vestigio de la infancia, cuando tenía una función importante.

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¿CÓMO QUITARLO?

AZÚCAR EN LA PARTE POSTERIOR DE LA LENGUA

Consiste en tomar una cucharada de azúcar pero poniéndola en la parte posterior de la lengua, donde se encuentran las papilas gustativas, de forma que se estimulen. De esta manera el cerebro se ocuparía con otro tipo de estímulo y el diafragma se relajaría.

UNA CUCHARADA DE VINAGRE

A ser posible de vinagre blanco. Su explicación sería similar a la del uso del azúcar, estimula las papilas gustativas.

PREGUNTA POR EL COLOR DE LAS CEBOLLAS

La idea es preguntar a una persona con hipo '¿de qué color son las cebollas?' . Curioso, sin lugar a dudas pero a a algunos les funciona.

UN BUEN SUSTO

Negocia con alguien que te lo de, pero al estar prevenido, lo mismo no funciona al 100%.

MORDER UN LÁPIZ MIENTRAS BEBEMOS

Con el agua hay varios trucos. Uno de ellos consistiría en tragar agua o en hacer gárgaras con agua fría, de forma que se interrumpiría el hipo.

También se puede apretar la nariz con los dedos y dar entretanto pequeños sorbos de agua o chupar un hielo durante unos segundos.

Más complicado, beber agua de un vaso, pero por el extremo contrario al que lo haríamos normalmente.

Y quizás una de las más llamativas; sujerar un lápiz de forma horizontal entre los dientes y beber agua mientras tanto.

TIRAR DE LA LENGUA

Así de sencillo y sin más ayuda que dos de nuestros dedos, sacar la lengua y tirar de ella.

COSQUILLAS EN EL PALADAR

Si no nos da repelús, el imaginario popular asegura que se puede frotar el paladar con un poco de algodón, siempre teniendo cuidado de no tragárnoslo.

TOCAR EL SUELO

Nos sentamos en una silla, presionamos el pecho contra las rodillas y tratamos de tocar el suelo con las manos.

CONTENER LA RESPIRACIÓN

Respirar, contener el aire cerca de 15 segundos y soltarlo. Así de sencillo, que nos funcione es otra cosa.

RESPIRAR EN UNA BOLSA DE PAPEL

De papel, nunca de plástico por el riesgo que conlleva. Habría que hacerlo de manera lenta y profunda.

Son remedios de la abuela, cuya efectividad no estaría probada y con los que hay que extremar siempre la precaución para evitar atragantamientos o cualquier otro problema. Y como siempre, si persiste o se nos presenta cualquier duda, lo mejor es consultar con un especialista.

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