Coge un vuelo desde Tenerife a Bristol y ni imagina la forma en la que acaba su viaje: "Fue vergonzoso"

La escena se convertía en viral y generaba todo tipo de comentarios en redes sociales

La seguridad en una cabina de avión comercial es esencial.

La seguridad en una cabina de avión comercial es esencial.

Redacción digital

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Las escenas que pueden producirse en los aviones son muy dispares. Las redes sociales nos permiten descubrir muchas de ellas. Hace unas semanas, pasaba algo muy particular en un vuelo. Todo comenzaba cuando una pareja británica cogía un avión de Ryanair. Pidieron un paquete de patatas fritas, una Coca-Cola y una botella de agua. El importe total ascendía a 8 euros. Cuando les tocó pagar, la tarjeta de crédito no fue aceptada y no contaban con suficiente efectivo para pagarlo. 

Avión de Ryanair

Ramón Martínez

Avión de Ryanair

Ante esa situación, el marido se ofreció a pagar en cuanto pisasen tierra, pero la tripulación acusó a la pareja de no querer abonar el importe. Así lo recoge el medio portugués Tvi.

En declaraciones al medio anteriormente citado, la pareja denunció que la situación se agravó de forma muy rápida, porque les confiscaron las tarjetas de embarque y advirtieron de algo: que la policía les estaría esperando en el aeropuerto de destino. Cuando llegaron al aeropuerto de destino, que era Bristol, los agentes subieron a bordo. 

"el bochorno fue indescriptible; hice todo lo que estaba a mi alcance para resolver la situación"

La mujer, llamada Ann-Marie Murray aseguró que creía que era una broma y se quedaron en shock. "Fue absolutamente vergonzoso. El bochorno fue indescriptible. Hice todo lo que estaba a mi alcance para resolver la situación". Además, relató que "los policías se reían, no se lo podían creer".

La aerolínea justificó la actuación del personal. Aseguraron que la clienta consumió los productos antes de pagar, no hizo caso a las indicaciones de la tripulación y que cuentan con una política de tolerancia cero ante las conductas indebidas. Por eso, afirman que se ven obligados a actuar para garantizar la seguridad de todos los pasajeros.

Por último, Ann-Marie Murray contó que le comunicaron que tiene prohibido volver a viajar con la compañía anteriormente citada. Además, indica que ese episodio arruinó un final de un viaje del que tenía un buen recuerdo y lamentaba que no se le ofreciese una alternativa por el incidente. 

LA ESTRATEGIA DE UN HOMBRE PARA COMERSE UNAS PATATAS PARA NO PONERSE LA MASCARILLA EN PLENA PANDEMIA Y EN UN AVIÓN

Lo hacía en un vuelo entre la ciudad británica de Manchester y la isla de Tenerife, un trayecto en el que consiguió que solo tuviese que ponerse la mascarilla mientras cargaba y bajaba el equipaje y cuando iba al baño.

“Estaba sentado en el avión y pensé que podía hacer que las Pringles duraran hasta cuatro horas”. Esa es la explicación que Michael ha dado al diario británico Evening Standard, al que explicaba que se le ocurrió la idea al comenzar el vuelo, de la aerolínea Easyjet

La compañía especifica en sus normas que todos los pasajeros sin excepción deben llevar mascarilla.

“Hice los cálculos. Hay más o menos 100 pringles en el tubo y puedes llegar a tardar hasta dos minutos y medio en comerte cada patata”, especificaba Michael a través de su perfil oficial de Facebook, en un ejercicio de absoluta pericia. Además, en la misma publicación compartía la imagen tanto del té que llevaba a bordo del avión como del bote de patatas, marca Pringles y sabor a sal y vinagre.

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