A todos nos ha pasado alguna vez. Queremos bebernos un refresco bien fresquito, pero al abrir la nevera descubrimos que nos olvidamos de meter más latas en su interior. La bebida que queremos consumir se encuentra en la despensa y no está precisamente a baja temperatura. Entonces aparece el dilema: ¿Introducimos el refresco en la nevera y esperamos un buen rato o nos lo bebemos a temperatura ambiente? Afortunadamente existen algunos trucos para poder evitar ambas opciones.

Son varios los métodos que se pueden poner en práctica para enfriar una lata de refresco con más rapidez que el tiempo que llevaría hacerlo metiéndolo simplemente en el refrigerador. Sin embargo, la mayoría de estos procedimientos requieren cubitos y no siempre contamos con hielo en casa, ya sea porque no tenemos una cubitera, porque nos hemos quedado sin espacio en el congelador o sencillamente porque no nos hemos acordado de llenar la cubitera con agua. Pero eso también tiene solución. Podemos enfriar rápidamente una bebida sin tener que hacer uso de cubitos siguiendo los pasos detallados en el vídeo que encabeza esta información.

En primer lugar, cogeremos unos cuantos fragmentos de papel de cocina y los mojaremos con agua. También se puede llevar a cabo con papel higiénico, pero al absorber peor los líquidos no será tan efectivo en su misión.

Cuando el papel de cocina esté bien empapado, envolveremos con él la lata de refresco, de manera que no quede ningún espacio de su superficie sin cubrir. A continuación, la meteremos en el congelador. Dejarla allí entre cinco y diez minutos, en función del tamaño de la bebida, será suficiente para que su temperatura baje notablemente y podamos disfrutar de un refresco bien fresco.