¿Con o sin esponja de baño?: los riesgos de usarla en la ducha y cada cuánto tienes que cambiarla

A pesar de tratarse de un elemento relacionado con la higiene, la esponja puede provocar efectos no deseados en la piel

¿Es aconsejable ducharnos con esponja de baño?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Probablemente te metas en la ducha como el común de los mortales, abras el agua, que solemos poner a temperatura mayor de la recomendada y, o bien eres de los amantes de una buena ducha con esponja o de los que utilizan las manos para llevar a cabo tu rutina de limpieza.

Para gustos los colores, pero más allá de lo que nos guste más, quien debe decidir es nuestra piel.

Pieles sensibles

Según los dermatólogos, si tenemos una piel muy sensible, delicada o con tendencia atópica no es recomendable el uso de esponjas ya que este tipo de dermis son muy irritables y tienen gran dificultad para defenderse de los agentes externos.

Utilizar de forma continuada una esponja puede provocar problemas en este órgano e incluso enfermedades. Quienes tengan pieles delicadas también deben tener cuidado a la hora de elegir el jabón y secar con mucha delicadeza, siempre sin frotar.

Pieles Normales

En pieles normales se pueden utilizar las esponjas a diario, pero sin frotar en exceso. Tendemos a ser demasiado enérgicos a la hora de limpiar los talones, los codos o las rodillas; debemos vigilar siempre que no se reseque la piel en esas zonas.

Cómo mantener limpia la esponja de baño

Si utilizamos la esponja a diario, debemos cuidar mucho su higiene ya que es caldo de cultivo para bacterias y hongos.

Una vez hayamos finalizado la ducha debemos enjuagarla muy bien sin dejar rastro de jabón y dejarla que se airee en un lugar seco. Una vez a la semana sería recomendable su total desinfección con lejía. Otra opción para su desinfección es sumergirla en vinagre con agua y si es sintética se puede meter en la lavadora con el resto de la colada.

Las esponjas deben ser sustituidas una vez al mes.

Tipos de esponja

A la hora de ducharnos y cuidar nuestra piel también es muy importante el tipo de esponja que utilicemos. Existen varios tipos en el mercado y debemos elegir la más adecuada.

Esponjas naturales:

Marinas: Son ideales para pieles delicadas y para los bebés. Limpia en profundidad evitando irritaciones y activa la circulación sanguínea.

A pesar de que su textura inicial es rugosa, al mojarlas, son suaves y moldeables.

Luffas: Estas esponjas de origen vegetal, provienen de una planta silvestre. Son hipoalergénicas, por lo que también son recomendables para niños y bebés. Actuan contra la celulitis, además de estimular la circulación, exfoliar, eliminando células muertas. Muchas veces estas esponjas vienen confeccionadas en formato manopla.

Esponjas sintéticas:

Como su propio nombre indica, son esponjas artificiales que se caracterizan por absorber rapidamente el jabón. Las hay de colores, con doble cara y suelen ser las más baratas y de peor calidad.

Dentro de las esponjas sintéticas se encuentran las de malla: con sus grandes pliegues. Producen gran cantidad de espuma a la vez que exfolian nuestra piel.

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