Curiosidades del chicle que jamás imaginaste
Todo lo que no sabes de la única golosina que no se traga
Curiosidades del chicle que jamás imaginaste
Madrid - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
Puede que seas de esos que adoran el chicle y que jamás sale a la calle sin su paquete en el bolso o bolsillo. Puede que los consumas de vez en cuando para refrescar tu aliento, calmar los nervios o que incluso los tomes de nicotina para alejarte de malos hábitos. ¿Quién no se ha tragado alguna vez uno?, ¿quién no ha podido evitar hacer una pompa gigante con él?... Para amantes y detractores de esta pastilla masticable aromatizada de textura semejanta a la goma, os contamos algunas curiosidades que probablemente desconozcas de esta golosina, la única que no se traga.
SUS ORÍGENES
Debemos remontarnos a los imperios azteca y maya para encontrar las primeras evidencias de goma de mascar. Lo consumían para limpiar sus dientes y distraer el hambre.
El chicle, o tzictli en náhuatl, que mascaban nuestros ancestros, es una savia gomosa, un poco dura, aromática y de sabor ligeramente dulce que se obtiene del árbol Manikara zapota, conocido como chicozapote, el cual es originario de México y zonas tropicales de América central y sur. Hasta hace poco los fabricantes de chicles aún empleaban esta savia, pero desde los años 50, la mayoría de ellos la han sustituido por el acetato polivinílico.
En Suecia se encontró el chicle más antiguo, un trozo de resina de abedul con 9.000 años de antigüedad, en el cual se puede observar la marca de los dientes de un hombre de la Edad de Piedra.
¿QUIÉN INVENTÓ EL CHICLE?
El chicle fue creado por el general y presidente mexicano Antonio López De Santa Anna, que durante su exilio en Nueva York ayudó al inventor Thomas Adams a crearlo. Ambos pusieron en marcha una fábrica para desarrollar la goma que sirviera para hacer juguetes.
Santa Anna conocía las propiedades del árbol manikara zapota y llevaron hasta Nueva York una tonelada de esta resina. La goma resultó inútil para la creación de juguetes, pero Adams se introdujo un poco de esta goma en la boca y se dio cuenta de que se podía mascar. Decidieron añadirle sabor al producto y en 1869 patentaron la goma de mascar que se comercializó bajo la marca Adams New York Chewing Gum.
Adams también fue el inventor de la máquina expendedora de chicles.
En la actualidad, Goodyear, la conocida marca de neumáticos, fabrica buena parte de este plástico que sirve como base para la goma de mascar. Abastece a la compañía Wrigley's, la principal productora mundial de chicle.
BENEFICIOS PARA EL ORGANISMO
Reduce el estrés. Durante la Segunda Guerra Mundial el Ejército norteamericano daba a sus tropas chicle para calmar los nervios.
Aumenta la capacidad mental.
Mejora la salud bucodental.
Ayuda a la digestión.
Es un gran aliado para las personas cuando viajan en avión, para evitar que se taponen los oídos.
Aunque su consumo excesivo puede provocar daños en los dientes y mandíbula.
SABORES DEL CHICLE
El regaliz fue el primer sabor que se le añadió a un chicle, luego tutti fruti y posteriormente menta, este último, el sabor más consumido.
Existen chicles con sabores realmente peculiares. Por ejemplo las 'Thanksgivin Gumballs', son bolitas de chicle de pavo, tarta de calabaza y arandano que simulan el sabor de esta tradicional cena. También existen chcicles de bacon, pepinillo, carne asada, foie gras, de licor de huevo o de palomitas.
El primer chicle sin azúcar nace entre 1950 y 1960.
Los chicles 'Beeman's' contenían peptina para mejorar la digestión y los 'Dentyne' fueron creados para fortalecer los dientes.
OTRAS CURIOSIDADES DEL CHICLE
En la localidad de San Luis Obispo (California) se encuentra la calle Bubblegum Alley, un callejón cuyas paredes están decoradas con chicles pegados desde los años 50 del siglo pasado
Artistas como Ben Wilson y Maurizio Savini han creado obras a partir de chicles
El 13 de enero, se celebra el Día Mundial del Chicle.
Un pedazo de chicle masticado, por acción del oxígeno, se endurece y tarda cinco años en degradarse hasta desaparecer. De hecho hay países como México, donde se consume gran cantidad de chicle, que cuentan con máquinas especializadas para despegarlos de suelos y calles.
Bubbaloo, Boomer, Bazooka, Cheiw, Bang, Bang, Chiclets, Tico Tico, Trident, Orbit... Seguro que con solo leer sus nombres se te han venido a la cabeza multitud de recuerdos... y es que los chicles, más allá de que te gusten o no, forman parte de nuestra vida.
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