Descubre los alimentos que podrían poner en riesgo tu salud si no se conservan bien en la playa: en tu nevera
El calor y la humedad de las playas son los culpables directos de las intoxicaciones alimentarias
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Con el fin del mes de julio y el comienzo este mismo lunes de agosto llega el momento de las vacaciones. Una gran cantidad de españoles se pondrán en marcha, si es que no lo han hecho ya, para llegar a su destino y tomarse un descanso. Y es que todo apunta a que la mayoría de los alojamientos estarán prácticamente llenos y listos para recibir a sus nuevos convivientes. Aquellas personas que suelen elegir lugares con playa siempre tienen en la cabeza llevarse una gran bolsa para disfrutar de un día entero allí. Pero hay que tener cuidado.
Muchos de nosotros apenas nos damos cuenta de los peligros que pueden tener algunos alimentos en sitios como este. No nos paramos a pensar en factores tan importantes como son el calor y la humedad, los culpables directos de las intoxicaciones alimentarias que pueden estropear este tipo de escapadas. En consecuencia, la combinación de una elevada temperatura como la que venimos arrastrando desde hace ya unas semanas, los restos orgánicos y la humedad pueden dar lugar a las bacterias dañinas para nuestro organismo.
Los alimentos que no deberían consumirse en las playas
Ahora bien, ¿de qué comidas estamos hablando? Mientras que dentro de los alimentos "seguros" se encuentran las frutas, las conservas y los embutidos curados, elaboraciones como la tortilla pueden ponernos en riesgo. Esta, elaborada mayoritariamente con huevo, aumenta la probabilidad de poder sufrir salmonelosis. Es por ello por lo que si decidimos meterla en nuestra bolsa, el huevo este completamente cuajado o utilizar huevina.
Sin irnos más lejos, este ingrediente tan principal, el huevo, debe haberse cocido, al menos, diez minutos si queremos consumirlo. Además, el llevarlo completamente descubierto no es muy aconsejable, mejor mantener su cáscara. Por su parte, la mayonesa es mejor dejarla en casa ya que debe encontrarse por debajo de los cinco grados o haber sido preparada a más de 65.
La carne y los pescados, aunque parezcan inofensivos, pueden ralentizar nuestra digestión e incluso llegar a aumentar nuestra temperatura corporal, en el caso de la primera, e histamina el pescado. Por último, incluso los lácteos guardados en una nevera portátil pueden ser peligrosos debido a que pueden agriarse.
El verano y las alergias alimentarias, completamente relacionados
Algo que también suele suceder en esta divertida época del año tiene que ver con el cambio en nuestra alimentación. Esto se debe a que dejar la rutina atrás hace que no comamos de la misma manera que en el resto de los días. Es por ello que debemos estar atentos a las alergias alimentarias, ya que la mayoría de ellas suelen producirse cuando comemos fuera de casa.
Por este motivo, existen una serie de recomendaciones para evitar pasarlo mal como, por ejemplo, diagnosticar las alergias, evitarlos bufetes libres, mirar las etiquetas de los alimentos e intentar que, a la hora de consumirlos, sean lo más frescos posible.