Esta es la explicación de la ciencia al ruido que hace nuestro estómago cuando tenemos hambre

Nuestro sistema digestivo utiliza diferentes formas para recordarnos que tenemos que comer

Esta es la explicación de la ciencia al ruido que hace nuestro estómago cuando tenemos hambre

María Ángeles la Cierva

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Con la llegada de calor, de alguna forma, nuestras ganas de comer un plato de comida caliente se reducen. Sin embargo, a medida que pasan las horas y no hemos comido nada, nuestro sistema digestivo utiliza diferentes formas para recordarnos que tenemos que comer. Uno de estos trucos es una especie de gruñido, que convierte nuestro interior en lo que parece una bestia a veces.

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Resulta que es un fenómeno tan común como desconocido, para el cual la ciencia conoce muy bien su mecanismo. Lo que todo el mundo sabe que cuando este ruido hace acto de presencia solo puede significar una cosa: hay que comer.

¿Por qué ocurre esto?

El tracto digestivo del ser humano es, en su conjunto, un tubo largo lleno de músculos. Para mover la comida de un lado a otro, los músculos se contraen, haciendo una serie de secuencias casi automáticas: se mueven uno tras otro y uno al otro de forma sucesiva para mover la comida a lo largo de todo el camino hasta la salida. Estas contracciones se conocen como "peristaltismo".

Sin embargo, cuando nuestro estómago e intestino delgado llevan vacíos varias horas, los músculos que lo conforman comienzan su trabajo, aunque no hay nada que digerir. Esto se debe a que los receptores que hay en las paredes del estómago, al detectar la falta de alimentos, generan un acto reflejo de ondas de actividad eléctrica en nuestro sistema nervioso. Podemos decir que de alguna forma nuestro organismo se pone nervioso por la falta de alimento. Estas ondas viajan a lo largo del estómago y del intestino delgado, provocando lo que desde fuera suena como un rugido o gruñido.

De hecho, estas ondas empiezan en la región inferior del estómago y se van extendiendo a lo largo del intestino. No son otra cosa que contracciones provocadas por el hambre.

Nervios o problemas digestivos

Sin embargo, una vez que nuestros músculos están nerviosos, pueden llegar a permanecer así desde diez hasta veinte minutos. Si después de ese tiempo no le damos alimento, repetirán esta técnica cada una o dos horas, hasta conseguir su objetivo.

Pero los ruidos estomacales no solo ocurren cuando tenemos hambre. También surgen cuando nuestro estómago se encuentra lleno, aunque, en este caso, el ruido es porque está haciendo el proceso de digestión y, como la comida va mezclándose, hace ruido.

También hay que tener en cuenta que hay ocasiones en que puede ser una señal de algo más. Si este ruido viene acompañado de dolor y, además, es imposible averiguar por nuestra cuenta la causa del ruido, tenemos que ir sin falta a un profesional. Dicho de otra forma, debemos acudir a la consulta de un gastroenterólogo o, en caso de que el dolor sea insoportable, ir a Urgencias en el hospital.

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