Un experto explica por qué los hijos pueden tener favoritismo por la madre y las hijas por el padre
A veces los padres tienen un hijo favorito y es por esto por lo que siempre se ha escuchado decir "niño de mamá" o "niña de papá"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Siempre se ha dicho que los padres, aunque no quieran reconocerlo, tienen un hijo favorito. Es por esto por lo que siempre se ha escuchado decir "niño de mamá" o "niña de papá". De hecho, se dice que las hijas suelen tener un vínculo más fuerte con su padre que con su madre y lo mismo pasa al contrario, suele haber más favoritismo por los niños por parte de la mujer. Sin embargo, parece que muchas veces está es solo una casualidad que se da dentro de las familias.
De hecho, British Journal of Psychology hizo un estudio sobre ello y recogió que el 88% de las madres encuestadas reconocían que criaban de forma diferente a sus hijos según eran mujeres u hombres. Al igual que un 48% calificó a sus hijos como "niños de mamá" y un 35% como "niñas de papá.
No obstante, parece que existe una justificación basada en las teorías del psicoanálisis de Sigmund Freud. Concretamente, aunque es cuestionado por muchos expertos, se habla del complejo de Edipo (amor del hijo hacia la madre) y complejo de Electra (amor de la hija hacia el padre).
"El complejo de Edipo o de Electra marca la pauta para ese entendimiento o competitividad", comienza explicando el psicólogo infantil Sergio García para el HuffPost. "Esto quiere decir que el primer objeto amoroso de ambos sexos (niño y niña) es la madre, después a los tres años en el Edipo, la niña cambia de objeto amoroso hacia el padre mientras que el niño permanece con la madre", aclara.
Asimismo, esta teoría viene de los mitos griegos que terminaban con la muerte de algunos de sus progenitores y puede explicar por qué las niñas tienden a ser más femeninas, prefieran pasar tiempo con sus padres y tengan más conflictos con sus madres, ya que se da una especie de "competencia" entre ellas en la que "jugan a ser mayores". "Este proceso conlleva conflictos entre madre e hija y que la relación sea tirante, donde motivos nimios o aparentemente insignificantes generan un desacuerdo o un reproche", apunta el experto.
"Esto se va modificando cuando llegan a la etapa adolescente"
A pesar de ello, otros expertos consideran que esto es más un mito que una realidad y que, cuando se da, es mera coincidencia por el hecho de ser más afín con un progenitor y otro. "Depende de muchos factores como son el tipo de familia, cada vez más diversa (estructurada, no estructurada, reconstituida por una separación, padres del mismo sexo, etc) y del tipo de personalidad de cada miembro de la familia, del tiempo que pasen con sus hijos, de las actividades que cada uno asuma, de las responsabilidades que ejerzan, etc", argumenta una psicóloga.
"Las niñas hacia los padres se sienten protegidas, apoyadas cuidadas por el padre y los niños ven en las madres como una figura de cariño y amor así como un apoyo cuando tienen problemas", agrega tras hacer hincapié en que los padres y madres se convierten en un ejemplo a seguir y su admiración por ellos se debe a que quieren adoptar sus mismas cualidades. Y esto comienza a darse durante la pubertad, ya que "con el desarrollo psicosexual de los niños empieza una ligera atracción hacia el sexo contrario que hace imitar a sus progenitores del mismo sexo mientras adquieren interés por los del sexo contrario".
Por otro lado, esta situación también puede verse reflejada en el momento en el que las hijas empiezan a relacionarse con otras figuras masculinas con intereses románticos: "Es natural que cuando conocen otras figuras masculinas en el caso de las niñas, comparen y elijan perfiles parecidos a lo aprendido en casa. Esto se va modificando cuando llegan a la etapa adolescente donde van desarrollando su propia personalidad, teniendo sus propias experiencias y van modificando ciertos matices de lo aprendido en la infancia".