La imagen que se vivió en un hotel de Moscú hace 20 años que pasó a la historia: hoy sería impensable
En 2002, en la sala de conferencias del Hotel Metropol, confluyeron dos grandes personalidades que hoy no podrían pisar Rusia
El Hotel Metropol de Moscú.
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En la semana en la que Donald Trump y Vladimir Putin han decidido reunirse para abordar el final de la guerra en Ucrania, a punto de cumplirse tres años del comienzo de la invasión, nos ha dado por recordar un episodio histórico, acontecido hace 23 años en la capital rusa.
Traten de dibujar la siguiente imagen en su mente: Sala de conferencias del Hotel Metropol, Moscú, 23 de enero de 2002. Bajo un silencio absoluto, dos Grandes Maestros se hallan completamente sumergidos en un tablero de ajedrez. Se trata de Vassily Ivanchuk, de 33 años de edad, y Ruslan Ponomariov, de 18. Ambos ucranianos. Nada menos en juego que la final del Campeonato del Mundo de Ajedrez.
Es la séptima ronda. El primero, ante la necesidad imperiosa de ganar la partida para tener opciones de levantar el título, el segundo, puede permitirse el lujo de empatar para coronarse campeón. Ante esa perspectiva, el jugador que maneja las piezas negras, Ivanchuk, opta por mover su caballo a la casilla F6 en su primer movimiento, apostando por la conocida 'Defensa Alekhine'.
una imagen única
Se trata de una imagen irrepetible, por ahora. Imaginar que dos jugadores ucranianos pueden, en este momento de la historia, sentarse a disputar la final de cualquier campeonato internacional en Moscú, sea en la disciplina que sea, es más que complicado.
Sin embargo, así ocurrió entre el 16 y el 23 de enero de 2002. A un lado del tablero, Vassily Ivanchuk, que hoy suma 55 años de edad y 37 dentro de la lista de los 100 mejores ajedrecistas del mundo. Y, frente a él, Ruslan Ponomariov, entonces con 18 años, hoy con 41, y ante el objetivo, que finalmente conseguiría, de convertirse en el campeón del mundo de ajedrez más joven de la historia.
Vasili Ivanchuk gesticula antes de comenzar la sexta partida de la final, frente a Marius Ponomariov.
A Ivanchuk no se le presentaría oportunidad igual de alzarse como número uno del mundo. En el ajedrez de élite, la edad es un factor muy a tener en cuenta. Por poner un ejemplo, en la actualidad, solo uno de los diez mejores ajedrecistas del mundo está por encima de los 40 años, mientras que cinco de ellos, entre los que se encuentra el último campeón, Dommaraju Gukesh, son menores de 25.
Como decíamos, en el momento de arrancar la final, probablemente, Ivanchuk era sabedor de que sería esa la última bala de su cañón. Llegaba a la fase definitiva del torneo después de haber derrotado al francés Joël Lautier y al campeón del mundo indio, Viswanathan Anand, sin haber conocido derrota. Consciente de que se hallaba en un gran estado de forma, en el que los años no le permitirían instalarse durante mucho más tiempo, debía aprovechar la oportunidad.
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Ruslan Ponomariov hizo su camino hasta la final mientras el público se preguntaba cuando caería la joven promesa. Durante las fases previas y finales, por cierto, el ucraniano eliminó a tres rivales rusos de gran entidad, Alexander Morozevich, Evgeny Bareev y Peter Svidler. Impulsado por sus grandes dotes defensivas, que en más de una ocasión le hicieron sobrevivir a posiciones en las que claramente tenía las de perder, acabó por plantarse en la última ronda.
Se había decidido que la final se jugaría al mejor de ocho partidas, es decir, el primer jugador en conseguir cuatro puntos y medio, se convertiría en el nuevo campeón del mundo. Cabe destacar que, en ajedrez, ganar suma un punto, las tablas (empate) medio punto y las derrotas cero.
La primera victoria de Ponomariov no se hizo esperar, en tan solo 22 movimientos, ganó la partida que inauguraba la final. Las siguientes tres batallas acabaron en tablas, sin embargo, en análisis posteriores, el campeón del mundo Garry Kasparov señaló que Ivanchuk había logrado posiciones vencedoras que no supo gestionar. Una victoria del joven Ruslan en la quinta partida le dejaba el campeonato a tiro de piedra. Ivanchuk no encontró la manera de ganar a su compatriota y, después de empatar la sexta y la séptima partida, vio como su sueño de ser campeón del mundo se esfumaba.
Ruslan Ponomariov sujeta el trofeo de campeón del mundo.
Hoy, 23 años después, sería impensable ver a un campeón del mundo ucraniano posar con una banda en la que se lee "Moscú", tal y como sucede en la imagen anterior.
Vassily ivanchuk y Ruslan ponomariov hoy
Vassily Ivanchuk fue campeón del mundo de ajedrez en la modalidad de partidas rápidas en 2016. Es un amante empedernido del ajedrez, como ha dicho en varias ocasiones, "no entendería la vida sin las 64 casillas". Tanto es así, que a comienzos de este mismo año, en el campeonato mundial de partidas 'relámpago', rompió en lágrimas tras perder por tiempo la decimoprimera ronda del evento, frente al estadounidense Daniel Naroditsky. Eso es pasión.
En febrero de 2025, vive en su país natal, Ucrania, y asiste con regularidad a campeonatos internacionales de ajedrez, siempre con un permiso especial que expide el Ministerio de Juventud y Deportes de Ucrania, sin el cual no podría abandonar el país.
Vassily Ivanchuk, durante un campeonato de ajedrez en León, al que asistió con una sudadera del Chelsea FC.
Ruslan Ponomariov aprendió a jugar al ajedrez con seis años. A la edad de 12 ya figuraba entre los mejores jugadores de la Federación Internacional de Ajedrez y, con 18, se proclamó campeón del mundo. Todo un genio que, desde 2010, vive en Bilbao. Sigue activo en el mundo del ajedrez aunque, tal y como aseguró en una entrevista para el diario vasco 'El Correo', "si supiera que iba a ser más eficaz para mi país luchando, haría testamento y me iría allí".