Su jefe descubre que sigue en una aplicación de búsqueda de trabajo y lo que hace para vengarse la deja muda

Le ha pasado a una joven de Valladolid que ha mandado su historia a la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero

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Un restaurante en Valladolid

Redacción digital

Madrid - Publicado el

4 min lectura

Sabemos, sin ningún tipo de duda, lo complicado que es muchas veces encontrar trabajo. El hecho de buscar, sin preámbulos, suele ser un trabajo en sí mismo. Y es que inviertes muchísimo tiempo en montar el currículum, moverlo por las diferentes empresas, y ni qué decir tiene cuando te toca hacer entrevistas.

Suelen ser procesos muy largos, porque te citan para una o para más entrevistas, y es todo un camino que puede llevarte meses. Con eso ya cuentas cuando empiezas a buscar trabajo, por lo que, a menudo, necesitando el dinero para poder subsistir, llegas a aceptar cualquier trabajo que te ofrezcan.

Suelen ser trabajos muy honrados que requieren muchas horas y termina siendo especialmente cansado. Es importante tener en cuenta que son trabajos que deben tener unas condiciones muy atadas y bien especificadas, porque a menudo vemos cómo se pueden vulnerar esas condiciones laborales.

EUROPA PRESS

Camarero trabajando. Imagen de archivo

Son trabajos muy complicados y con unas condiciones muy concretas que, muchas veces, en raras ocasiones te dejan descansar.

Y si no nos crees, pregunta a cualquier persona que se dedique a la hostelería, y te contará las dificultades que pueden existir en su profesión. Como contaba esta joven de Valladolid, a la que contrataron en una cafetería de la ciudad, y nada resultó ser agradable.

Descubre que sigue activa buscando trabajo y la lía

Encontrar trabajo es fundamental para poder vivir por lo que, normalmente, la urgencia hace que cojamos cualquier trabajo aunque no sea el soñado inicialmente. Eso no significa que, una vez asentados en ese empleo, no podamos buscar mejores opciones. 

De hecho, esto es algo bastante normal y tendemos a estar activos en distintas aplicaciones de trabajo y mantenernos en el mercado. Sin embargo, esto puede llegar a ser mal visto por algunos jefes.

Es lo que le pasó a esta joven vallisoletana, que comenzó a trabajar en una cafetería de la ciudad y siguió manteniendo abierto su perfil de una aplicación de búsqueda de trabajo. Así le contaba su historia a la cuenta de X @SoyCamarero.

“Solo tenía diez minutos para desayunar justo una hora después de entrar. Las siguientes horas, ni un café me dejaron tomar. Cuando salí, decidí que no quería seguir ahí” comenzaba contando, diciendo que se metió de nuevo en su perfil para ver qué ofertas nuevas había.

Sin embargo, el jefe estaba activo también en esa aplicación y la vio. Lejos de quedarse callado y entenderlo, decidió vengarse mandándole una serie de mensajes con final inesperado.

“¿Busca trabajo?” comenzaba diciendo el jefe. Era entonces cuando ella respondía con un escueto “¿a qué te refieres?”.

“Es fácil: que si está buscando otro trabajo, ya que está activa en esta aplicación que es para buscar trabajo” explicaba el jefe. Ella le llegaba a responder que estaba activa “siempre” por mejorar sus condiciones, aunque consideraba inapropiada la pregunta.

Aunque parecía que la conversación se había quedado ahí, el jefe decidió vengarse y a las horas le mandó la carta de despido. “No se olvide de devolver las camisetas de trabajo” sentenciaba el mensaje de despido.

Dimite tras su primer día por lo que le obligan a firmar

Esta experiencia de la joven la ha contado la cuenta de X, antiguo Twitter, @SoyCamarero, que se dedica a recopilar este tipo de historias en su cuenta y a ayudar a sus compañeros de trabajo (aunque no los conozca personalmente).

Dice que ella le mandó esta historia, pero prefirió mantenerse en el anonimato, al igual que omitir el nombre del restaurante. Igualmente, se refería a él como "restaurante muy famoso de Barcelona".

Pues bien, entre las condiciones de trabajo, le daban alojamiento para poder trabajar allí. Sin embargo, nada era lo que parecía. "Se fue el primer día de trabajo al ver las condiciones de alojamiento y por alguna de sus condiciones" expresaba en esta cuenta.

Y es que lo que le hacían firmar no se ha visto en otro lado. Eran una serie de condiciones que muchas no tenían ni pies ni cabeza. "La camarera siempre debe sonreír, y ser amable, muy amable. Al cliente no le interesa si nos duele la muela o nuestra abuela está enferma" decía una de ellas.

En otras, se pedía que a "la camarera le guste lo que haga y lo haga con amor y cariño, porque sino todo sale de mala gana. Si son aprendices, con más razón deben ser más felices de aprender una profesión".

No solo eso, sino que "amenazaban" al personal al decirles que si se equivocaban con una orden, se les cobraría lo olvidado, y si rompían una vajilla, se les cobraría 5 euros.