Levantarse con el pie izquierdo y otras profecías autocumplidas

Si piensas que algo saldrá mal, saldrá mal, pero ¿son reales las supersticiones? 

Levantarse con el pie izquierdo y otras profecías autocumplidas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Habitualmente solemos escuchar que eso de levantarse con el pie izquierdo es sinónimo de mala suerte, aunque depende dónde, porque hay lugares en los que se usa para indicar que nos hemos despertado de mal humor. De hecho, cuando parece que todo te sale mal, solemos decir que nso hemos levantado con el pie izquierdo. Pero, ¿de dónde surge este mito de que el lado izquierdo da mala suerte?

Los expertos apuntan a que el concepto nace de la Antigua Roma. Las personas de la época llegaban a ser tan supersticiosas que incluso se levantaban de la cama concienzudamente con el pie derecho porque si no pensaban que, efectivamente, tendrían mala suerte. En esos años, el lado izquierdo era muy temido por la mala suerte que parecía conllevar. Y la fobia siguió con el paso de los años y, durante el siglo XIX, los pescadores embarcaban por babor, la parte izquierda, siendo mucho más incómodo que hacerlo por estribor.

Y es que incluso el lenguaje ayuda a ello, porque la palabra "siniestro" proviene de "sinister" en latín que, sorpresa, significa izquierda. Con esta superstición llegamos a otras muchas similares, como la de romper un espejo que se dice que ocasiona siete años de maldición. Antiguamente, el espejo era un elemento mágico de adivinación, por lo que si se rompía, era para no mostrar una imagen aterradora del futuro. Siete años es el tiempo que, supuestamente, tardaba en renovarse el cuerpo.

¿Y pasar por debajo de una escalera? Igual. Aunque en este caso, se dice que el triágulo que forma esta con la pared es la razón del mal que ocasiona. Antiguamente se pensaba que todos los triángulos eran un símbolo sagrado, tanto las pirámides como la trilogía de la Santísima Trinidad y, por lo tanto, era un sacrilegio pasar bajo ese arco. Se cree que, una vez que se había pasado el mal se conjuraba cruzando los dedos, escupiendo una vez bajo la escalera o tres veces después de cruzarla.

Pero, ¿qué existe de razón en todo esto? Científicamente no se puede demostrar que las supersticiones sean reales. Por ello, los expertos aconsejan seguir una serie de pasos para perder el miedo a este tipo de acontecimientos. Lo primero de todo es básico: sé científico, permítete ver qué es lo que ocurre cuando no realizas un ritual para librarte de tu temor. Empieza por algo pequeño, verás que lo que haces no determina lo que ocurre. La superstición se alimenta de la falta de pruebas. Y así con otras tantas: ver un gato negro o martes día 13.

También es fundamental armarse de valor para enfrentarse a los miedos, no te dejes llevar por amenazas o inseguridades. La vida está plagada de situaciones que no podemos controlar, la mayoría no son terribles, ni tienen consecuencias graves. Toma nota, si puedes, de cuál es el miedo que tienes, o lo que esperas que suceda, y luego lo que pasó de verdad. Si consigues acertar, quizá sea un buen día para jugar a la lotería, pero lo normal es que no seas capaz de prever nada. Las supersticiones, supersticiones son, y los actos de cada uno solo dependen de uno mismo.

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