El horno es uno de los electrodomésticos que más utilizamos a la hora de cocinar. Este nos permite desde asar hasta gratinar los alimentos. En muchos hogares es muy común que al terminar de usar los objetos que hemos utilizado para elaborar cualquier plato, los guardemos dentro de él cuando está apagado. Todo ello se debe, sobre todo, a que el espacio es muchísimo más grande que el de los armarios y nos permite almacenar los utensilios de mejor manera.

Parece que esta es una mala práctica. Pero, ¿por qué? Principalmente porque las paredes que lo constituyen pueden ser dañadas, además de terminar de estropear el aparato y tener que llevarlo a reparar. Al romperse estas, la puerta corre un gran peligro, pues puede terminar de estropearse también. Si esto ocurre, el horno queda roto por completo debido a que debe estar cerrado completamente a la hora de ponerlo en marcha.

Elementos que destrozan el horno

Ahora bien, ¿cuáles son esos elementos que más destrozan nuestro horno? En primer lugar, es muy importante evitar almacenar en él recipientes y todo tipo de utensilios de metal, pues pueden generar chispas al entrar en contacto con las paredes. Es por ello por lo que se recomienda utilizar utensilios de vidrio, cerámica o silicona.

A la hora de meter platos hay que tener en cuenta varios puntos relacionados, por ejemplo, con la temperatura, pues no se deben meter aquellos que estén muy fríos ni viceversa debido a que pueden provocar grietas. Si aquel que vamos a introducir en el horno está roto, es mejor dejarlo fuera porque puede terminar de romperse. Por último, siempre debemos tener en cuenta el material del que está hecho y prestar atención a las instrucciones.

Otro es el plástico. Este no es resistente al calor y puede derretirse, llegando a contaminar los alimentos. Además, debido al calor, puede terminar por estropear nuestras paredes y hacer que nuestro consumo de energía sea más elevado.

Sin ningún tipo de duda, los elementos más peligrosos son el papel y el cartón, ambos inflamables, y que pueden llevarnos a sufrir un incendio en nuestro hogar. Respecto a esto es recomendable no colocar servilletas y manteles que puedan prender. En cuanto a los alimentos, aquellos que contengan un alto contenido en grasa pueden gotear y generar llamas, por lo que es mejor utilizar una bandeja o rejilla para así evitar el contacto directo.

Materiales que sí que puedo meter en el horno

En cambio, son muchos los materiales que se pueden meter en el horno sin tener que preocuparnos por el qué pasará. El primero de ellos es el metal, material del que suelen estar hechas las bandejas y rejillas del mismo y que funciona como buen conductor del calor. Otro es el vidrio que, además de soportar bien el calor, es totalmente apto para otros electrodomésticos como, por ejemplo, el microondas. El barro o la loza también suelen ser aptos, aunque al no soportar demasiado bien los cambios de temperatura, hay que prestarle una mayor atención.

Siguiendo al anterior, puede decirse que la piedra es mejor conductor y más resistente que el barro. La mayoría de ellas absorben bien el calor y lo reparten de manera que se acabe aprovechando bien del todo. Por último, la silicona es uno de los elementos más novedosos ya que, además de poder emplearse al igual que el vidrio en otras áreas de la cocina, son flexibles y no se rayan.