Nueva prohibición de la Unión Europea a materiales que están en todos los hogares: costaría a España 10.000 millones de euros

Un informe apunta a que la medida medioambiental más ambiciosa de Bruselas para los 27 países costaría en total dos billones de euros en 20 años

Banderas de la Unión Europea

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Banderas de la Unión Europea

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En los últimos diez años la Unión Europea ha planteado diferentes restricciones para los 27 países miembros, desde los objetivos reducción del 55% de emisiones para 2030, al 50% de reciclaje de residuos urbanos para 2020, algo que la mayoría de ellos han incumplido. Ahora, Bruselas se muestra más ambiciosa con una nueva prohibición a productos que se encuentran en materiales de todos los hogares de España.

La eliminación de los compuestos químicos agrupados bajo las siglas PFAS, presentes en productos cotidianos como ropa impermeable, sartenes antiadherente, envases de alimentos o cosméticos, podría costar a Europa entre 95.000 millones y dos billones de euros en las próximas dos décadas. La cifra más baja correspondería a un escenario en el que se dejaran de utilizar de inmediato estos contaminantes, mientras que la más alta reflejaría el coste si su uso continúa.

 10.000 millones de coste para España  

Estos datos proceden de una investigación de The Forever Pollution Project que señala que, en el peor de los casos, el desembolso anual ascendería a 110.000 millones de euros, de los cuales a España le corresponderían 10.500 millones.

Sartén antiadherente

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Sartén antiadherente, con producto PFAS

Los PFAS, conocidos como "químicos eternos" por su persistencia en el medio ambiente, están presentes en sectores como el textil, la electrónica, la construcción y la alimentación. La Comisión Europea lleva años intentando regularlos debido a su vinculación con graves problemas de salud. Según la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), estos compuestos contaminan aguas subterráneas, ríos y suelos, y su limpieza es técnicamente compleja y costosa. Además, advierten de que, de no frenarse su uso, seguirán acumulándose en el entorno, el agua potable y la cadena alimentaria.

 Cuánto costaría a toda Europa  

En el caso de España, solo para abordar la contaminación ya existente, se necesitarían unos 298 millones de euros anuales durante 20 años. Esta cifra cubriría la descontaminación de suelos, el tratamiento de residuos líquidos en vertederos y la purificación del 5% del agua potable en grandes zonas de abastecimiento, centrándose en los dos compuestos regulados: PFOS y PFOA. Sin embargo, si no se detiene su producción y uso, la factura anual se dispararía hasta los 10.549 millones, lo que supondría un total de 0,21 billones en dos décadas.

A nivel europeo, el coste anual alcanzaría los 110.000 millones, sumando 2,2 billones en 20 años. Alemania encabeza la lista de países con mayor gasto estimado (17.396 millones anuales), seguida de Francia (12.265 millones), Reino Unido (11.816 millones), España (10.549 millones) e Italia (10.204 millones). Los investigadores subrayan que estas estimaciones son conservadoras, ya que no incluyen los posibles costes sanitarios derivados de la exposición a estas sustancias.

La presidenta de la CE en el Parlamento Europeo

DPA vía Europa Press

La presidenta de la CE en el Parlamento Europeo

 Presión de la industria y regulación en la UE  

Mientras la ECHA evalúa una propuesta para ampliar la prohibición de los PFAS en la Unión Europea, organizaciones como Corporate Europe Observatory denuncian la influencia de los lobbies industriales en el proceso. Según un informe publicado junto al estudio, la Comisión Europea estaría permitiendo que grupos de presión, como la empresa química Chemours (escindida de DuPont) o asociaciones sectoriales (CEFIC, Plastics Europe), moldeen el debate político.

El informe señala que estas entidades han incrementado su gasto en lobbying en un 34% solo el año pasado, lo que, según los críticos, distorsiona la toma de decisiones. "Los estudios financiados por la industria son repetidos por los políticos, condicionando la regulación", denuncian.

Con la futura propuesta de la Comisión pendiente de negociación entre los Estados miembros, la batalla entre salud pública y intereses económicos se intensifica. Mientras, los "químicos eternos" siguen acumulándose, y su legado tóxico podría lastrar durante generaciones tanto el medio ambiente como las arcas públicas.

Herrera en COPE

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