¿Qué tienen de positivo las pesadillas y los malos sueños?

Nos perturban, nos provocan sudores fríos, nos sobresaltan..., pese a aterrarnos puede que nos ayuden a superar miedos reales

Pese a aterrarnos, las pesadillas tiene una lectura positiva para quien las padece

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Puede que no lo recordemos al despertarnos por la mañana, pero todas las noches mientras dormimos, soñamos. No todos los sueños son bonitos, ni positivos, algunos nos despiertan sobresaltados, nos producen miedo y podemos dar gracias si solo es un mal sueño porque hay una categoría más aterradora: la pesadilla. 

Según la Real Academia de la Lengua, una pesadilla es "un ensueño angustioso y tenaz. Opresión del corazón y dificultad de respirar durante el sueño". Los neurólogos y psicólogos definen las pesadillas como un tipo de sueño "cargado de ansiedad" que suele ocurrir en períodos de mayor preocupación y estrés. Por ello, si hemos tenido un día con mucha tensión es probable que por la noche suframos alguna pesadilla. O pesadillas porque pueden prolongarse durante semanas.

No solo el estrés produce malos sueños, también nos puede llevar a sufrir pesadillas algún padecimiento con fiebre, el consumo excesivo de alcohol o comer de forma muy copiosa antes de irnos a la cama.

Los niños sufren más pesadillas que los adultos

Los niños sufren más pesadillas que los adultos

Los niños suelen tener más pesadillas que los adultos, tal y como comprobó la Academia Americana de Medicina del Sueño por medio de un estudio en el que el 25 por ciento de los niños que participaron afirmó haber tenido pesadillas en los últimos tres meses de su vida, contra un 4 por ciento de los adultos consultados.

La diferencia entre un sueño bonito con un mal sueño y las pesadillas, es que de los primeros puede que no nos acordemos, mientras que al despertar de una pesadilla recordamos casi todos los detalles y sentimos un sinfín de emociones negativas como la rabia o miedo.

Pero este artículo, pese a hablar más de negatividad que de positividad hasta el momento, no va destinado a destacar la carga negativa y lo mal que nos sentimos cuando sufrimos pesadillas, sino que el fin es darles a conocer nuevos estudios demuestran que quienes padecen pesadillas son personas mucho más creativas, por un lado y, un segundo estudio que concluye que las pesadillas nos hacen ser más fuertes y nos preparan para afrontar esos miedos en la vida real, nos ayudan a lidiar con nuestros temores.

¿Nos preparan las pesadillas para afrontar mejor la vida real?

¿Nos preparan las pesadillas para afrontar mejor la vida real?

El beneficio de tener pesadillas

Cuando soñamos con situaciones que nos dan miedo, esos sueños nos ayudan a procesar las emociones de manera que la reacción del cuerpo no sea tan intensa, y podamos lidiar con la situación de una manera más controlada y tranquila. Esta teoría tenía que tener una evidencia científica y en ello se empeñaron investigadores de la Universidad de Ginebra Según el trabajo del equipo del profesor, Lampros Perogamvros, "las emociones en los sueños y la vigilia involucran sustratos neuronales similares, y corroboran un vínculo entre los procesos emocionales que ocurren durante el sueño y las funciones cerebrales emocionales durante la vigilia". Explica el investigador que "mediante un enfoque gradual en dos estudios, identificamos regiones del cerebro activadas cuando experimentamos miedo en los sueños y mostramos que los sueños aterradores modulan la respuesta de estas mismas regiones a los estímulos amenazantes durante la vigilia". 

Isabelle Arnulf investigadora de la Universidad de la Sorbona de París llevó a cabo un experimento con 719 estudiantes justo el día en el que tenían que hacer el examen de ingreso en la facultad de Medicina. De los 719 estudiantes, 539 confesaron haber soñado al menos una vez con la prueba en los últimos meses, y si no todos, casi todos, calificaron esos malos sueños de auténticas pesadillas: unos se perdían por el camino y no conseguían encontrar el examen; otros habían soñado que se quedaban dormidos, el despertador fallaba y no podían hacer la prueba; los había que no entendían las preguntas o se ponían a escribir y la tinta era invisible. 

¿Les ayudó para el examen real estos malos sueños? Pues cuando la profesora Arnulf fue viendo las notas obtenidas por los estudiantes descubrió que las mejores calificaciones se correspondían con los exámenes de los estudiantes que habían sufrido las peores pesadillas relacionadas con la prueba. La investigadora se preguntó: ¿casualidad?

Pues parece que no. Los malos sueños son un ensayo general que nos prepara para enfrentarnos al trauma, al dolor, a las peores situaciones que, tarde o temprano, viviremos en nuestra etapa de vigilia. Los estudiantes que sufrieron terror en sus peores pesadillas estaban preparados para afrontar la realidad.

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