La tierna y dura historia de una madre y su hijo autista

Hasta que a Levi le diagnosticaron autismo pasaron varios años. Después de un sinfín de dificultades ahora, madre e hijo sonríen gracias a la fotografía

Levi disfrazado de T-rex junto a su prima Lola

Virginia Areños

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Samantha llevaba tiempo intentándolo, pero no le resultaba "nada fácil". Esta madre de Georgia, en EEUU, ha criado a su hijo sola desde que el pequeño tenía seis meses. Con mucho esfuerzo consiguió dejar atrás una relación nada saludable. Salió de su casa con su hijo y lo puesto para empezar una vida quién sabía dónde ni cómo. 

La propia Samantha explica en su cuenta de Facebook, "estuvimos sin hogar durante ocho meses hasta que conseguí un techo para los dos". Un gran paso hacia delante, pero todavía quedaba algo muy importante que Samantha no esperaba: "A medida que los años avanzaban y Levi comenzó en la escuela, supe que algo estaba pasando. Él era diferente. Su maestra me decía que sus arrebatos emocionales eran consecuencia de que "no se salía con la suya". Pero yo sabía que algo estaba pasando".

"Durante años", explica Samantha, "luché por un diagnóstico. Levi no se adaptaba bien a las escuelas en las que estudiaba y se sentía incómodo con los demás niños. Recé por un día normal, una vida normal". 

Levi es autista

Samantha cuenta cómo ella pensaba que había fallado como madre porque solo pensaba "en conseguir cambiar el diagnóstico" hasta que se dio cuenta de que lo mejor era aceptar lo que pasaba y disfrutar de su pequeño. 

Samantha vio en la fotografía su vía de escape, su futuro, y la forma de recordar los momentos en los que su hijo sonríe y es feliz: "Quería publicar fotos adorables de mi niño sonriendo felizmente y mirando a la cámara". Fue muy difícil porque "sonreír o mostrar emoción al mando era incómodo".

Pero esta madre estadounidense lo consiguió. A Levi le gustan los disfraces y tambien T-rex, así que decidió disfrazar a su hijo y a su prima Lola de cinco años. Samantha logró una gran sesión de fotos.

"Muchos pensarán que tener autismo o cualquier otra necesidad especial no afecta en nada a esta sesión de fotos, yo creo que sí. Así es Levi cuando está en su salsa. No hay sonrisas forzadas, no hay sobornos con golosinas, ni felicidad fingida".

La dura y preciosa historia de Samantha y su hijo Levi

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