El truco definitivo para cocinar las patatas fritas y que siempre te queden crujientes: en pocos minutos
En tan solo dos sencillos pasos conseguirás que las patatas queden crujientes y perfectas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Fritas, cocidas, al horno, las patatas son uno de los alimentos más versátiles y más usados en cocina. La facilidad de su cocina, sus nutrientes y su sabor hacen de ellas el acompañamiento perfecto de cada plato. Pero esto no es justificación para comerlas todos los días ¿o sí? Recientes estudios han asegurado que las patatas fritas son capaces de estimular determinadas áreas cerebrales relacionadas con el placer y la adicción, convirtiéndose en uno de los snacks o acompañamientos perfectos a cualquier otro plato, por ejemplo una hamburguesa.
Su alto contenido en sal, grasas y carbohidratos son el principal responsable de que seamos adictos a las patatas fritas. Esto aseguran numerosos estudios realizados en diversas universidades de medio mundo, y todos sin excepción, han llegado a la misma conclusión: suben los niveles de dopamina cuando las ingerimos, quizás también por la textura crujiente que siempre buscan sus fabricantes o los mismos cocineros.
Su origen es indiscutiblemente americano, pero pronto se extendieron por todo el mundo y hoy en día las encontramos en miles de versiones diferentes, aunque no todas tan populares como las french fries que triunfan en los establecimientos de comida rápida. Si hablamos de secretos o trucos que debemos conocer para elaborar las mejores patatas fritas, hay varios, en función de si esperas que sean más crujientes o si buscas que sean algo más saludables.
Cómo conseguir que las patatas fritas queden crujientes
No vamos a decir que las patatas fritas sean un snack saludable, pero podemos restarle parte de esa mala prensa si las cortamos y freímos con su piel, ya que la fibra las hace más digestivas y también más saciantes, lo que hace que comamos menos cantidad. Por otro lado, también es importante la elección del aceite de oliva, mucho mejor si es virgen extra, pero el que elijamos, que no tenga un sabor muy fuerte que pueda restárselo a nuestras patatas. Ni que decir tiene que una vez fritas, este aceite debe ser reducido al máximo con papel de cocina, sobre el que verteremos el montante de patatas fritas.
Si lo que buscas es que queden crujientes, el truco está en dos sencillos pasos. En primer lugar no deben ser muy gruesas, el aceite debe estar muy caliente y antes de cortarlas, debemos secarlas y eliminar su almidón en la mayor parte posible (por esto, sería ideal elegir patata nueva, que contiene menos fécula), lo cuál podemos hacer introduciéndolas entre 5-10 minutos en agua fría y ya cortadas. El segundo pasa por la sal, que es fundamental. Como nos ocurre con muchos otros platos, casi nunca sabemos cuando debemos echarla, si antes, durante o después. Pues bien, si queremos que queden bien crujientes, siempre después y una vez secadas de todo su aceite sobrante.