El truco infalible con el que no te saltará el aceite cuando frías un huevo
No tengas miedo a quemarte con el aceite si haces un huevo frito. Hay un truco definitivo para que no te pase esto
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Aunque siempre se haya dicho que freír un huevo es lo más fácil que se puede hacer en la cocina, lo cierto es que no es así. Hacer un huevo frito perfecto lleva un ritual ante el fuego mucho mayor del que en teoría pudiera parecer. Y cada detalle es importante para disfrutar de este plato popular. Incluso, puede ahorrarnos algún susto.
Los errores que cometemos a la hora de hacer un huevo frito pueden llegar incluso desde su propia conservación en los mercados. Hace unos meses, COPE.es ya publicó que los huevos nunca debían estar guardados en las neveras de los supermercados. El motivo tenía que ver con la cáscara del huevo y, más concretamente, con la cutícula, la capa que protege al interior del huevo de posibles bacterias como la salmonela o la listeria, que suelen aparecer en la superficie de la cáscara. Y es que, los cambios bruscos de temperatura pueden dañar esa cutícula, provocando que las bacterias que se acumulan en la cáscara entren dentro del huevo e infecten la yema y la clara. Por ello, no se recomienda que pasen de un estado en frío a temperatura ambiente y de nuevo otra vez al frío, sino que directamente pase a la nevera de casa.
El error que cometes siempre cuando fríes los huevos
A la hora de prepararlo, debes tener muy en cuenta la temperatura del aceite para no llevarte un gran susto. Y es que los huevos también pueden ser peligrosos. Nunca hay que echar un huevo a la sartén si lo acabas de sacar de la nevera con el aceite muy caliente. De hacerlo, puedes provocar que el aceite salte con fuerza y provoque importantes quemaduras.
Hay un truco muy bueno para evitar además que salte el aceite cuando eches el huevo a la sartén. Y es añadir una pizca de harina al aceite ya caliente justo antes de echar el huevo a la sartén. De esta manera evitamos que pueda saltarnos a la cara o a nuestro cuerpo.
Por úlimo, recuerda que los huevos pueden permanecer refrigerados de tres a cinco semanas a partir del día que fueron colocados en la nevera. Pero si tienes dudas antes de comerte el huevo de si está bueno o no, también hay un truco muy sencillo para comprobarlo. Echa agua en un vaso o una taza e introduce el huevo antes de cocinarlo. Si el huevo flota está malo, pero sí se queda en el fondo estará bueno y te lo podrás comer sin ningún problema.