¿Cuánto tiempo y cómo debemos conservar los embutidos?

Embutidos en conservación

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Comenzar a cortar un jamón no siempre es una buena noticia. Su apertura no solo atrae a curiosos paladares, ni a insaciables catadores domésticos de alimentos. Los gurús alimenticios se enfrentan, entonces, por conseguir que su método para conservar el producto sea el utilizado. Es más, el definitvo. La vía con la que ya no tengamos que preocuparnos por el tiempo que ese jamón pasa junto a nosotros en la cocina. Sin embargo, el debate no rodea tan solo al jamón, sino a todos los embutidos, sean curados, loncheados, o piezas enteras. 

Aunque hay que establecer una clara diferencia. La conservación de unos y otros aguarda ciertas diferencias. El embutido loncheado, por su parte, al estar abierto, debe permanecer en un lugar frío (nevera), pero sobre todo, hay que evitar que contacte con el aire porque el estado del mismo puede variar tanto en forma como en fondo (sabor). Se recomienda, por tanto, utilizar plástico envolvente o recipientes cerrados una vez se haya abierto el envase. Este tipo de embutido, al estar empaquetado y distribuido, generalmente, por grandes empresas del sector, ya tienen las fechas determinadas para su consumo, pero sino se toman las medidas necesarias durante el periodo viable para el consumo, el alimento podría no ser recomendable.

En cambio, las piezas de embutido enteras requieren una menor atención. Aunque lo recomendable, pero en pocas ocasiones se hace, es que se conserve colgado en un lugar fresco (entre 15 y 20ºC) hasta que el producto se comience a consumir. Además, en muchos casos, no existe una referencia de tiempo en el que se pueda ingerir. No obstante, los expertos recomiendan que una vez abierto se tarde más o menos un mes en terminar el alimento. En especial, porque se seca con rapidez y desde el primer día comienza a perder propiedades. Por otro lado, se aconseja que que no se corte y se almacene porque el sabor queda notablemente afectado.

La conservación del jamón ibérico o serrano también aguarda ciertas peculiaridades. El tiempo recomendado de consumo es el mismo una vez se haya abierto, pero es recomendable utilizar la propia corteza, o la grasa del jamón para tapar los cortes que se van realizando. Sin embargo, intentar hidratar el jamón con aceite puede afectar gravemente a su sabor. Se aconseja, solo en verano, que se utilice un paño húmedo para combatir el daño que le provocan las altas temperaturas al jamón.

Los embutidos, en general, requieren de pocas medidas para la conservación, pero al ser un alimento fresco necesitan que estas se realicen con rigurosidad porque su sabor cambia con facilidad. 

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