Santi Rodríguez: "Soy un tío más bien serio"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Desde que nos encontramos en la puerta de actores del Teatro Cofidis Alcázar, a las 15.00 horas del 23 de febrero (puntualizo, a las 14 horas y 59 minutos), la sonrisa y la risa no se nos fue de los labios, ni a quien les escribe ni a nuestra responsable de multimedia, Ana. También hubo momentos de labios apretados, de los que te marcan arrugas en las comisuras, al hablar de las redes sociales en su versión más tosca, más miserable, cuando la falta de respeto reiterado convierten a estos instrumentos universales de relaciones entre pares, en patios de vecinos ordinarios.
Podríamos empezar el relato de nuestro encuentro con esta parte, la última, como en el chiste: Tengo dos noticias que darte, una buena y otra mala, ¿cuál quieres primero?…, pero somos de llevar la contraria así que comenzamos por lo bueno.
Comenzamos por las respuestas a las preguntas que nos dibujan, trazo a trazo, a un buen hombre: amable, simpático, preocupado por sus semejantes, pendiente del día a día - porque siempre le va a ser útil en su espectáculo sacarle punta a la actualidad- ya que vive de hacer reír y eso que Santiago Rodríguez Ramiro, Santi Rodríguez, no maneja el humor a todas las horas del día "hasta que me ducho y desayuno no soy persona. Y en casa lo dicen mi mujer y mi hija 'si supieran los que dicen qué gracioso eres…si te oyeran ahora mismo'. Soy un tío más bien serio, también un poco payaso, pero soy serio".
Y responsable. "Mi padre me enseñó a ser puntual. Me decía, puntual es tarde y si llegas a la hora a la que has quedado ya hay gente que te está esperando. Hoy he llegado un minuto antes de que hubiéramos quedado y tú ya estabas (ven por donde iba la puntualización de la hora)".
Y dispuesto a zanjar pronto las discusiones, lo que llamaríamos a lo mejor exagerando un poquito (ya verán por lo que lo digo) un hombre de paz, "si sube de tono la discusión hago mutis por el foro y me quito de en medio, a veces lo hago más bruscamente, dando un portazo, un golpe. Normalmente termino con la frase, para ti la perra gorda".
Y consciente de sus limitaciones, "no es falsa modestia, pero no me veo capacitado para hacer un personaje en cine por el que me puedan conceder un Goya. Porque cada uno debe ser consciente de sus limitaciones, yo he interpretado, he estado en series, pero con un arquetipo muy determinado, una forma de hablar que le gusta a la gente y que los directores se empeñan en que siga teniendo… Para tener un Goya hacen falta muchas más cosas y creo que no las tengo, pero me encantaría".
De lo que no tiene ganas Santi Rodríguez es de convertir en tragedia el drama que ya viven cada día muchas de las personas que se sientan en las butacas del teatro a olvidar con su representación "la depresión, los problemas, infartos, ¡tantos ingredientes para llorar! Por eso cuando acaba y la gente espera para decirme 'qué bien me lo he pasado, gracias porque se me ha olvidado la semana…', ¿qué necesidad tengo de hacer drama?".
Que ya hizo, con aquella tragicomedia en la que interpretaba seis personajes a través de Sosía (inspirado en el 'Anfitrión' de Plauto al que Júpiter puso a prueba), "con la última reflexión bajaba al patio de butacas y la gente lloraba". Algo que ahora quiere evitar, salvo si lloran de risa, con 'Infarto ¡No vayas a la luz!' en donde interpreta un personaje que le viene como anillo al dedo, "está basado en hechos reales, en los míos" en el infarto en la arteria esplénica que sufría a finales de julio de 2017 durante unas vacaciones.
'Infarto', como coloquialmente llama a la obra Santi, es un reirse de uno mismo, de uno mismo y de la muerte, "tuve ciertas sensaciones. Hubo un momento con una sensación extraña, pero no puedo decir que vi la luz al final del túnel".
Entonces el " ¡No vayas a la luz!" es…"recapacitar un poco, pero una constante en mi vída es ser un poquito mejor. Lo mejor es perdonar a la gente a la que tienes rencor".
Y olvidar. Lo que nunca olvidará Santi es al personaje que más "fama" le ha dado y algún que otro disgusto también: el frutero de 'Siete vidas', "que era un personaje muy bien dibujado", pero que, de reeditarse la serie, no volvería a hacer porque todo tiene un principio y un fin.