Herrera a las 8, martes 23 de julio
Iglesias rechaza una vicepresidencia "decorativa" en la coalición y Sánchez advierte de la repetición electoral
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Señores, señoras, me alegro, ¡buenos días!
Es 23 de julio y hace calor. Pero dígame cosas que no sepa. El titular sería el 23 de julio hace un frío que pela. No, no, 23 de julio y hace calor porque es lo que viene siendo preceptivo en estas fechas. Hoy va a haber algunas tormentas en el centro peninsular hacia arriba, lo demás más o menos despejado y las temperaturas, ya les digo, siguen apretando lo suyo, pero julio cumple con su deber.
Claro, precisamente por estar en julio algunos están de vacaciones, menos del total, parece que toda España está en la playa, no, no, no. Hay mucha gente en la playa, mucha gente en su pueblo, mucha gente por ahí, pero no todo el mundo está de vacaciones.
Claro, que yo le tengo que preguntar. Miren, depende de si usted vio o no vio el debate de ayer o lo escuchó o no lo escuchó a través de COPE, yo se lo cuento de una manera o de otra. Y usted me dirá: “Oiga, Herrera, mire, estoy en la playa. Oiga, me he llevado todo el año trabajando como un cabrito o como una cabrita. Oiga, ahora mismo, esta tarde a mí lo que me apetecía era tomarme un helado y no ponerme a escuchar a alguno de estos señores que está elaborando algo que me resulta un poco cansino porque ya llevo muchas semanas y muchos meses oyendo cosas de estas”. Pues tiene usted razón, pero mira, mi obligación es resumirle lo que pasó ayer.
Ayer fue una sesión de investidura. ¿Y eso, Carlos, qué es? Una sesión de investidura es la oferta que le hace un candidato a presidente del Gobierno a una Cámara para que te apoye. Y esa oferta consiste en decirle qué va a hacer, cuáles son sus planes, cómo lo va a hacer y con quién lo va a hacer.
Y Pedro Sánchez ayer no hizo nada de eso. Pagado de sí mismo, ayer lo que ofreció fue un discurso con todos los mantras de moda, todas estas cosas que a todo buen progre del Círculo de Bellas Artes o de los abajo firmantes, a todos estos le erizan la piel. Le entra una sensibilidad de media tarde con el Campari que es que les derrumba: el ecologismo, la biosfera y el planeta, las tecnologías que vamos a revolucionar y el feminismo. Claro, no va a estar el feminismo por ahí. Hombre, y un poco de Franco, por supuesto.
Ya, pero de las cosas de verdad, de las cosas de verdad, que hasta Alberto Garzón se lo dijo: “Está muy bien todo lo que usted ha dicho, pero diga cómo lo va a hacer”. No dijo nada, no explicó nada de las políticas fundamentales, de las líneas esenciales. ¿Cuáles son las líneas generales de la política exterior de España que va a desarrollar su Gobierno? ¿Cuál es la fiscalidad que va a aplicar su Gobierno? ¿Qué va a hacer su Gobierno ante el desafío territorial que se vive en una comunidad autónoma como Cataluña cuyos representantes en el Congreso, los separatistas, pueden ser socios potenciales suyos?
De eso nada. Nada de fiscalidad, nada de territorialidad, pocas cosas de las de verdad. Y, además, ayer, en fin... Se enfrentó a un Pablo Iglesias, yo no sé quién le lleva las cosas ahora a Pablo Iglesias. Leo por ahí que se las lleva, pues una especie de Iván Redondo que hace unos meses le ha contratado y que le está perfilando bastante bien. Pero, desde luego...
Si Iglesias, fíjense quién se lo dice, que he sido crítico con Iglesias a todas horas, hasta durmiendo. Ayer Iglesias estuvo sereno, coherente y yo creo que demoledor. ¿Por qué? Porque Pedro Sánchez le venía dando largas de tal manera que aquí el debate que se suscita y la pregunta que usted me podría hacer ahora es: Herrera, ¿hasta dónde va a llegar la tensión postural? ¿Habrá Gobierno o no habrá Gobierno de PSOE y Podemos, que es el que puede haber?
Y yo le voy a decir: Estimado oyente, no lo sé. No sé hasta qué punto va a llegar el nudo teatral, hasta qué punto va a llegar. Es decir, hoy no va a salir nada, el jueves en cualquier caso si da tiempo de aquí al jueves a que negocien y a Iglesias le pase el cabreo de que Sánchez le vaya pidiendo apoyo a todos sin ofrecer nada. Es que salió al pasillo y le pidió apoyo, que se abstuviera al bedel. A todos. A los que no ha ofrecido absolutamente nada. Y así...
Sánchez tenía un problema. En los días previos al debate, Iglesias le metió un gol por la escuadra asombroso pero, además, de los de tijera y de contorsión y belleza plástica perfecta con la trayectoria del balón y el portero quieto. En su ronda por radios y televisiones, menos en esta, claro, dice, acaba diciendo Sánchez: “Verán ustedes, es que el problema es Pablo Iglesias. Yo no puedo tener... Igual es cierto, pero bueno, yo no puedo tener a alguien que va a decir o que cree que hay presos políticos”. Y Pablo Iglesias dice: “Esta es la mía. Perfecto . No te preocupes, Sánchez, yo no entro. Eso sí, vamos a pactar un acuerdo en el que van a entrar dirigentes de Podemos. Pero si el problema soy yo, yo me voy a mi casa”.
Y ahora, a partir de ese momento, los nervios le estallaron a los de Sánchez porque tenían que encontrar una fórmula para ver cómo se retractaban porque no es que no quieran a Pablo Iglesias, es que no quieren a ninguno de los dirigentes de Podemos. Y empezaron a decir: “¿Ahora cómo lo arreglo?
Bueno, pues el cómo lo arreglo es el volver en la investidura a decir que el Gobierno ha de ser cooperación y, en cualquier caso, si ha de ser un Gobierno de coalición, pues eso con Ministerios de nuevo cuño que ocuparían algunos individuos. Porque, claro, meter a Irene Montero en el Gobierno para que diga lo mismo que Pablo Iglesias es como tener a Pablo Iglesias. Las mismas consecuencias funestas que puede tener el señor de la coleta lo tiene la señora de la coleta. Pero bueno, a ver cómo lo hacemos.
Dice, bueno, pues mira, voy a crear el Ministerio de la felicidad suprema, pero otro, el Ministerio de las buenas notas infantiles; otro, el Ministerio de la igualdad en las partidas de ajedrez. Y ahora ponemos ahí, pues eso, a los que... A gente, hombre, si puede ser ninguno de los dirigentes, mejor. Vale.
E Iglesias ha dicho: “Oye, mira, ya tomaduras de pelo... En fin, las justas”. Las justas porque es que o gobiernas conmigo o no gobiernas con nadie porque tú no quieres, además, hacerle una oferta a los demás. A los demás les dices: “Vótenme porque yo soy muy guapo”. Es decir, lo de ayer se resume en saber si PSOE y Podemos pactan o no pactan porque ya les he dicho que Sánchez ni presentó un programa ni explicó quién lo iba a gestionar ni enseñó sus cartas. Eso es tomar el pelo. Y, desde luego, yo no sé si habrá elecciones o no habrá elecciones. Ayer Sánchez le dijo una cosa, Iglesias le dijo una cosa a Sánchez que el otro no se atreve ni a contestar, que es: “Oiga, como usted vaya a elecciones, le haga caso a Tezanos, usted no va a ser presidente del Gobierno nunca”.
Ya les digo, no sé si habrá elecciones pero, oiga, con estos protagonistas difíciles equilibrios, de difícil equipación mental, vamos a decirlo así, ese Gobierno no dura mucho.
Por lo demás, Abascal tuvo que... Abascal dio un mitin para los suyos. Abascal hizo el discurso de Cid Campeador. Pero Abascal tuvo que sufrir una respuesta de Sánchez de vergüenza ajena. No querer responderle a él. Es decir, el apestamiento absoluto. Responderle a Casado y a Rivera. Miren, miren lo que dice la ultraderecha, etcétera, etcétera.