Fernando de Haro

De Haro: "Moción Frankestein con reacción insuficiente"

A las 2 de la tarde, comparecía Rajoy visiblemente molesto. Y acusaba a Sánchez de querer ser presidente del Gobierno a cualquier precio en un momento muy delicado.Perjudica la recuperación económica";"Es mala para España y para los españoles"; "Introduce mucha incertidumbre y es lesiva para los intereses de todos", afirmaba el presidente del Gobierno Rajoy que anunciaba su voluntad de acabar la legislatura.Junto a sus críticas a Sánchez, Rajoy quiso quitar hierro a la sentencia del caso Gürtel. Recordó que que la sentencia condena al PP por responsabilidad civil, que no penal porque tal y como reconoce la resolución judicial, su partido "no conocía los hechos” y que la sentencia se refiere a hechos que se produjeron en los ayuntamientos de Pozuelo y Majadahonda en 2003, delitos que "nada tienen que ver con el actual Gobierno".Rajoy, por más que se empeñe, no puede quitarle hierro a una sentencia como la de la Gürtel. La necesaria estabilidad no puede ser que se censure el evidente daño y escándalo que provoca la corrupción. Una vez recusados la sentencia se refiere a hechos que seprodujeron en los ayuntamientos de Pozuelo y Majadahonda en 2003, delitos que "nada tienen que ver con el actual Gobierno".Vale que una vez recusados Enrique López y Concepción Espejel, el PP se ha tenido que enfrentrar a jueces pocos favorables, José Ricardo de Prada, uno de los tres jueces es un juez claramente contrario a los populares. Vale que hay un voto particular de Angel Hurtado, vale que puede haber excesos verbales en la sentencia al hablar de “sistema de corrupción institucional. Pero la sentencia es contundente, este es el partido del presidente del Gobierno, se da por probada una caja B. Luis Bárcenas, gerente y luego tesorero del partido entre 1990 y 2008, ha sido condenado a 33 años y cuatro meses de cárcel por intermediar en el amaño de contratos y lucrarse con comisiones ilegales. Las condenas y los hechos probados no permiten ni al Gobierno ni al PP argumentar que se tratan de asuntos del pasado. El PP tendría que pedir con mucha más rotundidad, más claridad y más humildad, perdón por lo que hicieron sus líderes. No está solo en juego la estabilidad del Gobierno, los previsibles resultados de unas elecciones, sino el futuro del partido como una formación relevante. Sin una catarsis profunda y un proceso de refundación contundente es difícil pensar en un futuro positivo para el PP. A sus responsables les ha faltado sensibilidad social, capacidad de entender qué estaba pasando. Rajoy, que ha manifestado su voluntad de acabar la legislatura, debe también trabajar por un relevo. Ya hemos visto lo que ha pasado en otros países.