"Murió mi mujer y me vine abajo": Así se enfrentó Paco a la soledad cuando tenía más de 70 años
La psicóloga Aurora García Moreno explica en La Linterna de COPE cómo puede afectar la soledad a la salud mental de las personas mayores
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este martes, COPE ha recorrido España para conocer las consecuencias de la España envejecida. Una de ellas es la soledad.
Marisa tiene casi 80 años y vive sola desde hace tiempo. Aunque reconoce que es duro, dice que ya se ha acostumbrado. Ella se encarga de hacer los recados y limpiar la casa. Pasa el tiempo leyendo, viendo la tele o charlando con algún vecino. Aun así, también tiene momentos complicados. Días en los que se siente más desanimada: “Cuando me aprieta la soledad tengo el estímulo de salir a la calle y hablar con gente que conozco porque la soledad es muy dura, sobre todo cuando estás enfermo”.
Paco también supera los 70 años. Se define como un hombre alegre, buen cocinero y con ganas de vivir. Siempre ha sido una persona con mucha vitalidad, pero la pérdida de su mujer, compañera de vida, fue un palo durísimo: “Cuando murió Mari Carmen, que yo compartía mi vida con ella, me vine un poquillo abajo. Nunca había estado solo”. Por suerte, su situación dio un giro hace cinco años. Gracias a una iniciativa de la universidad de Málaga, empezó a compartir piso con estudiantes. Paco dice que la vida le ha cambiado a mejor: “Saber que hay alguien en la habitación de al lado te da una tranquilidad”.
En Betanzos, en Galicia, todos los vecinos que se encuentran solos se reúnen en el Convento de San Francisco cada día. Allí pasan el tiempo juntos y evitan la soledad. Desayunan, comen y pasan el día en compañía. Simplemente con un gesto tan sencillo como hacer la compra o jugar a las cartas, hacen frente a la soledad que tanto golpea a las personas mayores.
Los efectos de la soledad en la salud mental
La psicóloga Aurora García Moreno explica en La Linterna de COPE cómo puede afectar la soledad a la salud emocional: “Tener ese sentimiento de soledad va a reducir las destrezas cognitivas en la ejecución de las actividades de la vida diaria”. Puede afectar a la concentración o derivar en depresiones que pueden acabar en suicidio porque “relacionarse con muy pocas personas durante mucho tiempo propicia pensamientos de tristeza”.
Sentimiento de soledad, tristeza y vergüenza son algunas de las emociones que genera este aislamiento. “Cuando no se vive para nadie, se pierde el sentido de vivir y hay que desestigmatizar el miedo a pedir ayuda y a entenderlo como una necesidad básica”, advierte la psicóloga. En el caso de las personas mayores, los efectos son más negativos debido a la disminución de la capacidad del organismo para adaptarse a las condiciones adversas: “Son muy importantes los grupos de apoyo, los centros para la tercera edad y el solo hecho de tener una conversación”.
¿Cuáles son los factores que contribuyen a la soledad en las personas mayores? Aurora destaca “el concepto de familia que tienen muchas personas, el ritmo de vida, la tendencia a relaciones personales menos duraderas... pero una de las causas más significativas son las carencias físicas y mentales que van surgiendo a ciertas edades. La falta de independencia genera frustración, el sentimiento de que no se es válido o la pérdida del cónyuge o de amigos”.
Las soluciones pasan por saber si la soledad es de propia elección o si se trata de una soledad no deseada, buscando un camino en el entorno social para romper con el sentimiento negativo: “Se necesita que se les demuestre que no están solos y para ello hay centros de mayores, talleres... y para las personas que no pueden salir de sus casas existe la opción de tener visitas a domicilio”.