Tiene mano dura
Ceferin, reelegido presidente de la UEFA
El esloveno ha sido reelegido para ocupar la presidencia de la UEFA hasta 2027 y la cual ocupa desde el 14 de septiembre de 2016. Será su último mandato, según la normativa.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El esloveno Aleksander Ceferin, único candidato, ha sido reelegido presidente de la UEFA por un nuevo mandato de cuatro años, hasta 2027, durante el Congreso del organismo continental en Lisboa.
"Significa mucho para mí, es un gran honor y una gran responsabilidad", aseguró Ceferin nada más ser reelegido para llevar las riendas de la UEFA, cargo que ocupa desde el 14 de septiembre de 2016. El esloveno ha demostrado tener mano dura y saber gestionar complicadas situaciones como la Superliga y las consecuencias del 'Caso Negreira'.
El 14 de septiembre de 2016 fue elegido para suceder a Michel Platini al frente de la UEFA al imponerse a Michael van Praag, presidente de la Federación Holandesa, por 42 votos a 13; en el Congreso de la UEFA del 7 de febrero de 2019 en Roma, en el que era candidato único, consiguió la reelección por aclamación al frente del órgano que rige el fútbol continental. Además, en octubre de 2022, confirmó su intención de presentarse a la reelección.
En esta etapa, la UEFA aprobó en 2022 la nueva Champions League a partir de la temporada 2024-2025, Además, la FIFA y la UEFA decidieron en febrero de 2022 suspender a todas las selecciones nacionales y clubes rusos para participar en las competiciones de ambas, lo que supuso la exclusión de Rusia del Mundial de Qatar 2022.
Recientemente, sobre el 'Caso Negreira' de posible corrupción, Ceferin manifestó que considera que la situación del FC Barcelona es "excepcionalmente grave".
Desde su llegada al cargo por la crisis que desencadenó el caso de corrupción de la FIFA en 2015, Ceferin ha aumentado en siete años su autoridad en Europa y en el fútbol internacional, con acciones y mensajes firmes contra el "egoísmo" que para él supone la Superliga o la "condena enérgica de la invasión militar de Rusia a Ucrania".
A esta se sumaron decisiones inmediatas. Trasladó de San Petersburgo a París la última final de la Champions, a las 24 horas de la entrada de Rusia en Ucrania; tres días después rompió el contrato con Gazprom, la compañía energética rusa a la que UEFA estaba vinculada desde 2012, y clubes y selecciones de Rusia y Bielorrusia fueron excluidas de sus competiciones.
La misma firmeza mostró cuando la FIFA defendía un Mundial cada dos años, que Ceferin calificó "como un proyecto populista, que destruiría al fútbol", y especialmente con la Superliga, su principal caballo de batalla desde que irrumpió en escena antes de que la UEFA abriera su congreso anual el 20 de abril de 2021.
Afirmaciones como que "la Superliga es fruto de la avaricia, el egoísmo y el narcisismo de algunos", o que sus defensores "se creen que son grandes e intocables, pero si hoy son gigantes es gracias en parte a la UEFA que durante 60 años ha protegido el ideal de las competiciones, se basan en el mérito deportivo" han sido una constante.
En su dietario el fútbol femenino y el medio ambiente también tienen un hueco. Hace cuatro años la UEFA puso en marcha 'Time for Action', su primera estrategia para que el primero alcance la cifra de 2,5 millones de practicantes en 2024 y en diciembre de 2021 aprobó su Estrategia de sostenibilidad del fútbol 2030, para respetar los derechos humanos y el medio ambiente en el contexto del fútbol europeo.