Incomprensible error de De Burgos Bengoetxea: 'se comió' el último minuto y los jugadores tuvieron que volver

El final del partido de LaLiga Santander entre Sevilla y Granada tuvo un final sorprendente, por lo surrealista de la situación.

Se habían descontado cuatro minutos, y cuando el 'crono' marcaba el minuto 93, el árbitro FIFA De Burgos Bengoetxea pita el final del partido. Los jugadores del Sevilla se retiran, pero los del Granada rodean al colegiado advirtiéndole de que faltaba todavía un minuto por disputarse, con 2-1 en el marcador a favor del equipo local.

Sin embargo, el árbitro vasco mantiene la decisión de dar por finalizado el encuentro y los jugadores del Granada se retiran, nada conformes, hacia la grada. En ese momento, los asistentes contactan con De Burgos Bengoetxea para explicarle que, efectivamente, falta un minuto por disputarse, tras la revisión del VAR.

Solo en ese momento, el árbitro rectifica y decide que ese minuto tiene que disputarse, por lo que procede a contactar con los dos equipos para que los jugadores vuelvan al césped a jugarlo.

Las imágenes de la televisión mostraban a varios jugadores ya sin camiseta, sin botas, sin espinillas... Los jugadores, aunque extrañados, vuelven a vestirse para salir al campo a disputar los últimos 60 segundos, que transcurrieron sin ninguna jugada destacable.

¿Se paró el reloj de De Burgos Bengoetxea?

Lucas Ocampos, después, en Movistar, declaró que "nunca me había pasado, cada día una cosa nueva". El autor del segundo gol del Sevilla dijo que el Colegiado explicó "que se le había parado el reloj y que lo paró antes porque pensó que ya había terminado".

Jules Koundé ironizó inmediatamente después en su cuenta de Twitter con un "y si queréis, repetimos el partido".

Los gritos que se oyeron en el caos

Tiempo de Juego recogió los sonidos que captaron los micrófonos ambiente del partido, tras el desconcierto por el final pitado por De Burgos Bengoetxea.

Se aprecia claramente cómo los jugadores del Granada le piden "un minuto", al tiempo que protestan: "Es un cachondeo esto".