Natación | Juegos Olímpicos
Michael Phelps se va con 28 medallas, 23 de oro
El tiburón de Baltimore dijo adiós definitivamente a las piscinas con un nuevo oro en el 4x100 estilos, el número 23 en la carrera del mejor nadador de la historia.
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Michael Phelps conquistó su vigésimo tercera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, tras alzarse este sábado con el triunfo en la final del 4x100 estilos. Phelps, que nadó la posta de mariposa, en un relevo que completaron Ryan Murphy, Cody Miller y Nathan Adrian, encarriló el triunfo de los norteamericanos, que cumplieron con los pronósticos y encadenaron su noveno título consecutivo en el 4x100 estilos con un tiempo de 3:27.95, nuevo récord olímpico, más de un segundo menos que Gran Bretaña, que se colgó con un crono de el crono 3:29.24 la plata. Completó el podio el equipo de Australia, que se alzó con la medalla de bronce con un tiempo de 3:29.93 Una prueba que puso punto final a la carrera olímpica de Michael Phelps, que debutó en unos Juegos en Sydney 2000, y que contabiliza con la seis medallas en Río, cinco oros y una plata, un total de 28 metales, veintitrés de ellos dorados.El nadador estadounidense Michael Phelps, el deportista más laureado de la historia olímpica, superó en los Juegos de Río el reto más difícil de su carrera, un desafío por encima de récords y medallas, una batalla contra sí mismo, una pugna por dejar definitivamente detrás de sí la leyenda y adentrarse en la normalidad. Da igual si Phelps no pudo colgarse el oro en cada una de sus seis pruebas, o si debió conformarse con la medalla de plata en los 100 mariposa, una de sus carreras predilectas, tras verse superado por el joven singapurés Joseph Schooling. Un podio más o menos no va a cuestionar su condición de mejor nadador de todos los tiempos, pero el norteamericano sí necesitaba asumir conscientemente el final de una etapa, dar convencido su última brazada. Michael Phelps no quería volver a cerrar su carrera en falso, tal y como ocurrió hace cuatro años cuando anunció su retirada tras unos Juegos de Londres a los que acudió, como reconoció, hastiado, por pura rutina, empujado por el miedo a dejar el deporte que había dado sentido a su vida y la incapacidad para encontrar alicientes fuera de las piscinas.