SOCIEDAD
Cómo proteger el cabello de la contaminación: evita su caída y la caspa
La contaminación ambiental de las ciudades influye de manera negativa en la salud capilar, pudiendo inflamar e irritar el cuero cabelludo.
Almería - Publicado el
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Según recientes investigaciones, el 88% de la población mundial vive en la actualidad en ciudades en las que la calidad del aire no cumple con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, en España, se estima que 3 de cada 4 ciudadanos han respirado un aire con más ozono del habitual en 2021. Estos elevados niveles de contaminación ambiental producen alteraciones nocivas en la piel o en el sistema respiratorio, influyendo del mismo modo en nuestra salud capilar, al existir factores como la congestión de tráfico, las partículas en suspensión o los gases contaminantes de la atmósfera, que pueden llegar a provocar daños en nuestro cabello, llevando incluso a la caída del mismo, según Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar.
“La contaminación ambiental provoca efectos perjudiciales en nuestro pelo ya que, al impregnarse en nuestro cuero cabelludo, reduce la capacidad de intercambio gaseoso en nuestra piel e inhibe la salida de los conductos sebáceos, llevando a que tengamos una menor calidad capilar o que nuestro cabello sea candidato a desarrollar ciertas patologías. De esta forma, el cuero cabelludo puede descamarse, produciéndose dermatitis o prurito, mientras que, si las glándulas sebáceas del cuero cabelludo se obturan, se podría producir un aumento de sebo, e incluso, foliculitis”, explica el doctor Alberto Sánchez, de la clínica Hospital Capilar.
Así, las partículas contaminantes del aire que entran en contacto con el cuero cabelludo pueden llegar a inflamarlo e irritarlo, provocando una descamación que conllevará, a su vez, a la aparición de dermatitis o de caspa. Además, el cabello que es agredido por las condiciones medioambientales genera una sobreproducción de las glándulas sebáceas, haciendo que este se vuelva más quebradizo, que tienda a resecarse más y que pierda su brillo y sedosidad habitual.
Por su parte, el doctor Sánchez subraya que “algunos expertos afirman incluso que la polución puede decolorar gradualmente el tono del pelo, debido a que las impurezas que se fijan en el pelo hacen que éste pierda su luminosidad usual”, e indica que “en el caso de que se usen tintes o decoloraciones, se deberá optar por los más naturales, con el fin de que se produzca un debilitamiento menor de la fibra capilar, que ya se encontrará dañada por la contaminación”.
CÓMO HACER FRENTE A LA POLUCIÓN EN NUESTRO CABELLO
Los expertos recomiendan seguir unos buenos hábitos higiénicos que protejan al cabello de los efectos nocivos que trae consigo la contaminación ambiental, lavando y cepillando el pelo con frecuencia con el fin de arrastrar la suciedad y las sustancias contaminantes que se quedan acumulados en el cuero cabelludo, así como mediante el uso de champús y acondicionadores nutritivos, adaptados a cada tipología capilar y que hagan frente a la falta de hidratación que se produce ante este problema. Asimismo, se debe limitar la utilización de secadores y planchas y graduar correctamente su temperatura e intensidad, ya que el uso excesivo de estos aparatos puede provocar daños en la raíz del cabello, lo que conllevará a una posterior rotura del mismo.
Por otro lado, se recomienda seguir una dieta equilibrada, fomentando la ingesta de frutas y verduras para el aporte de vitaminas y minerales, y rica en hierro y omega 3, dos componentes que se encuentran, entre otros alimentos, en las legumbres y el pescado. “Estos alimentos nos ayudarán a fortalecer el folículo piloso e impedirán, por tanto, que el pelo se vuelva más quebradizo”, recalca el especialista de Hospital Capilar.
Por último, cabe recalcar que, aunque los ambientes interiores suelen cuidarse y en ellos no existe una contaminación tan marcada como en el exterior, hay determinados elementos nocivos que continúan estando en los mismos, como el humo del tabaco, del que conviene prescindir, ya que ha demostrado tener efectos negativos sobre la salud capilar. En este caso, las sustancias procedentes del humo provocan un daño en la microcirculación de los folículos pilosos del cuero cabelludo, impidiendo que lleguen los nutrientes necesarios y trastornando, por ende, la formación del nuevo cabello.