Semana Santa 2023
Los rostros con nombre propio con los que Zurita pregonó en Jerez
'Lete', Manolo 'el del Huerto', Luis Álvarez-Beigbeder, Manolo Guerrero, Diego Romero, Emilio 'el Guardia', 'El Papi' o Gallardo fueron 'compañeros' suyos en Villamarta
Jerez - Publicado el - Actualizado
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Dió corrección métrica a sus versos, profundidad al contenido y un recitado que conectó con el millar de personas que llenaron Villamarta. Pero Paco Zurita hizo un Pregón de la Semana Santa 2023 de Jerez de la Frontera que los asistentes recordarán por haberse acompañado, durante la hora y tres cuartos de su disertación, por una significativa galería de personas que ya están en la Casa del Padre y que aparecieron en sus recuerdos y en sus palabras pero también en la imagen proyectada junto a la cruz de guía de su Hermandad del Desconsuelo.
Tras las marchas 'Mater Desolata' de Germán Álvarez-Beigbeder y 'Estrella Sublime' de López Farfán, comenzó tomando la palabra su hijo José Manuel Zurita Bocarando, en quien confió la presentación. Para entonces, expectación en el patio de butacas, plateas y anfiteatro así como en el propio escenario, en una presidencia en la que compartían cercanía al atril monseñor José Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez, la alcaldesa Mamen Sánchez o José Manuel García Cordero, presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías.
La Banda Municipal de Jerez, espléndida en las interpretaciones musicales elegidas, puso inmediatamente antes del pregón de Zurita esa impresionante pieza de Font de Anta, 'Soleá dame la mano', que dejara el toro en suerte de aquél que tras recibir la bendición del obispo abordó su cometido dirigiéndose permanentemente "al Señor de la peña", su Jesús de las Penas de cuya corporación es hermano mayor en San Mateo, para desde su "nadie te adora como te adora Jerez" comenzar a desgranar la Pasión y cómo se vive en la ciudad.
Y "en la Jerusalén jerezana" apareció la Borriquita y José Alfonso Reimóndez 'Lete', aquél recordadísimo cofrade de Las Angustias y presidente que fue de la Unión de Hermandades, fue el primer recordado de esa larga lista en la que tampoco faltó Rafael, aquel gitano vendedor de almendras que en las calles del Cielo reparte a todos los flamencos buenos que ya se marcharon y Fernando, el encendedor del paliio del Desconsuelo que dejó de hacerlo al tenérsele que amputar una pierna y la cruz de la enfermedad que sufrió Luis Álvarez-Beigbeder.
Cada nombre propio, cada personalidad cofrade reflejada, en los folios y sobre el fondo del escenario, acudía mostrando una inquietud del pregonero, una virtud, una lucha, una cruz, un ejemplo. Y así fue como también aparecieron las Hermanas de la Cruz al referir la presencia en la iglesia del convento de las imágenes de la Hermandad del Consuelo del Pelirón. No faltó ninguna, por cierto, ya por alguno de estos personajes mencionados ya por la circunstancia que le hubiera legado alguna experiencia a Paco Zurita. Un gozo de pregón.
Las cofradías iban apareciendo por el orden evangélico y al llegar a la estampa de Jesús con la cruz a cuestas no faltaron, al hablar de la Entrega, su padre, Santiago Zurita, que tanto tiempo desempeñó docencia en Guadalcacín; o "el peluquero de obispos" Pepe Castaño o el fotógrago Diego Romero, santo y seña de la historia de las Tres Caídas. Fue momento en el que también mencionara al periodista Andrés Luis Cañadas, toda una vida dedicada a la comunicación especialmente a la COPE desde sus primeros tiempos en Radio Popular de Jerez.
Y Emilio 'el guardia'. 'El Papi', 'Gorrión', los costaleros en general y su campaña por los mayores durante la pandemia. Con una niña, cuya proyección entubada siendo bebé y superando un mal que la llevó al borde de la muerte, encontró la proyección, la historia y el gesto que más conmovió, estremeció al público subrayando el poder de la oración. Ese poema terminó con la niña, hoy en día una chica mayor, casi púber, que simbolizó el agradecimiuento a la Virgen del Valle colocando sobre el escenario unas flores ante la imagen de la Virgen proyectada.
En un pregón lleno también de llamadas al compromiso, habló del aborto, la autanasia, las drogas, la enfermedad, los desahucios, las agresiones a las mujeres... El carpintero Andrés o el entrañable Manolito Guerrero iban completando el amplio repertorio de personas mencionadas. Y el último, el letrista, poeta y pregonero Antonio Gallardo Molina, padre de dos generaciones de posteriores pregoneros, fue el último en asomar. Para entonces la Piedad ya llegaba al Pregón y un poema mariano reunía a todas las advocaciones al final.
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