Un estudio revela los beneficios del bienestar psicológico en el manejo de la diabetes

Un estudio multidisciplinar del Hospital Universitario Reina Sofía y la Universidad de Córdoba muestra que la autoeficacia, o la confianza en las propias capacidades, puede mejorar el control glucémico en adolescentes con diabetes tipo I

Fran Durán

Córdoba - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

Un reciente estudio llevado a cabo por el área de Pediatría y Endocrinología del Hospital Universitario Reina Sofía en colaboración con el Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba ha encontrado una correlación significativa entre la autoeficacia y el control glucémico en adolescentes con diabetes tipo I. Este trabajo interdisciplinar pone de manifiesto la importancia de los factores psicológicos en el manejo de enfermedades crónicas, sugiriendo que la autoeficacia, entendida como la confianza en la propia capacidad para lograr objetivos, genera cambios de comportamiento que tienen un impacto positivo en el bienestar físico.

La autoeficacia es un concepto introducido por el psicólogo Albert Bandura en la década de los 80 y se refiere a la creencia en la capacidad personal para realizar tareas y alcanzar objetivos con éxito. “Hemos observado que los adolescentes con mayores niveles de autoeficacia muestran una mejor adherencia al tratamiento y una mejora en su control glucémico”, explica Joaquín Villaécija, uno de los investigadores. Según el estudio, esta relación parece ser más fuerte en adolescentes que en preadolescentes, lo que Villaécija atribuye al hecho de que, en los más jóvenes, los cuidados necesarios para el control de la diabetes recaen principalmente en sus padres.

Para llevar a cabo la investigación, se realizaron controles glucémicos durante dos años en más de doscientos menores, utilizando dispositivos de medición continua de glucosa que registraban los niveles de azúcar en sangre de los pacientes. A lo largo de este tiempo, los adolescentes también participaron en evaluaciones psicológicas en cuatro etapas diferentes. “Hemos analizado variables como el balance afectivo, el apoyo social percibido, la autoestima y la calidad de vida”, detalla Ángel Rebollo, otro de los expertos que ha trabajado en el estudio. Al correlacionar los datos biomédicos con los psicológicos, el equipo de investigación descubrió un patrón repetitivo en el que los adolescentes con altos niveles de autoeficacia tendían a mostrar mejores niveles de glucosa.

Estos hallazgos no sólo revelan una relación significativa entre los factores psicológicos y el control de la diabetes, sino que también plantean la necesidad de desarrollar intervenciones psicoeducativas orientadas a mejorar la autoeficacia en esta población. “Si conseguimos fortalecer esta confianza en su capacidad para manejar su salud, aumentará la adherencia al tratamiento, la práctica de actividad física y el seguimiento de una dieta equilibrada”, asegura Bárbara Luque, investigadora del proyecto.

Uno de los retos en este proceso es la carga emocional y psicológica que supone para muchos adolescentes el manejo de una enfermedad crónica. A esta edad, los jóvenes experimentan una serie de cambios físicos y emocionales asociados a la construcción de su identidad, lo que puede generar situaciones de estrés que dificultan el automanejo de la diabetes. Como señala Luque, el equipo está trabajando en una serie de intervenciones psicoeducativas adaptadas a las particularidades de esta etapa. “Es fundamental que el entorno familiar y social de los adolescentes también esté involucrado en el proceso, ya que el apoyo social juega un papel relevante en el bienestar psicológico y la adherencia al tratamiento”, añade.

El estudio destaca, además, la importancia de que los padres de los preadolescentes desarrollen una alta autoeficacia en relación al cuidado de sus hijos con diabetes, para así favorecer la adherencia al tratamiento desde una edad temprana. En esta línea, Carmen Tabernero, autora principal del estudio, explica que las intervenciones psicoeducativas en menores deben integrar a las familias, especialmente en los casos donde los adolescentes aún dependen de sus progenitores para el manejo de la enfermedad.

      
      
             
      

Este enfoque multidisciplinar entre las áreas de pediatría, endocrinología y psicología busca no solo un manejo más efectivo de la diabetes, sino también una mejora en la calidad de vida y el bienestar psicológico de los pacientes. “Estamos ante una prueba más de cómo la salud mental y el bienestar psicológico influyen directamente en la salud física, sobre todo en el contexto de enfermedades crónicas como la diabetes”, subraya Tabernero.

A futuro, el equipo de investigación espera aplicar los resultados de este estudio para diseñar programas psicoeducativos que promuevan la autoeficacia, no solo en adolescentes con diabetes tipo I, sino también en otros grupos de pacientes con enfermedades crónicas. La investigación abre así una puerta a nuevas estrategias de intervención que combinan el apoyo médico con la atención psicosocial, demostrando que los factores psicológicos pueden ser determinantes para una mejor calidad de vida.