Balconazi, nasobuco o covidiota. Las palabras que está activando el Coronavirus
La historiadora de la lengua y catedrática Lola Pons nos explica la evolución del castellano durante estos días inciertos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Escribió Álex Grijelmo en su “Defensa apasionada del idioma español” que “en las letras tenemos los genes de cada idea”. Los españoles estamos viviendo una situación inédita por culpa del maldito bicho de nuestros tiempos y en nuestras conversaciones se van incorporando palabras y expresiones que acabarán -da la sensación- formando parte de nuestro día a día durante un tiempo.
Lola Pons Rodríguez es historiadora de la lengua y catedrática de la Universidad de Sevilla y nos explica que el Coronavirus ha convertido en cotidianas expresiones que apenas empleábamos antes y, de paso, nos ha enseñado cómo se dicen algunas palabras que ya conocemos en otras latitudes.
“muy poco tiempo después de que se decretase el estado de alarma los ciudadanos, los hablantes de español, nos fuimos familiarizando con palabras que ya existían en nuestra lengua pero que pertenecían a nuestra competencia pasiva pero que estaban dormidas y que despertaron para nuestro uso activo. Por ejemplo, nos hemos rodeado de palabras como confinamiento, pandemia y la hermana de esta última, infodemia, también se ha hecho una palabra común en estos últimos tiempos. Hemos aprendido que EPI son las siglas de Equipo de Protección Individual e incluso aquellos que nos dedicamos al estudio de la lengua española nos hemos sorprendido al saber que esas mascarillas tan deseadas en España se llaman nasobucos en Cuba y que en Argentina y en Bolivia las llaman barbijos. En las últimas horas nos estamos familiarizando con un sinónimo de graduar que antes apenas usábamos, me refiero al verbo desescalar”.
La crisis sanitaria también ha aportado nuestros términos con los que plasmar nuestras experiencias. La lengua siempre se amolda, aunque sea buscando la guasa.
“En relación a los neologismos me quiero referir a una de las primeras nuevas palabras que se han acuñado dentro de esta situación que estamos viviendo: el adjetivo Covidiota, formado a partir de Covid-19. Este adjetivo también se emplea en inglés -Covidiot- y sirve para designar a aquellos que en estas circunstancias tan trágicas cometen irresponsabilidades como no mantener la distancia social o extender bulos. Otras palabras con matiz más humorístico también son neologismos como hablar de esta cuarentena como una cuarenpena o al confinamiento como confitamiento dado que es bastante posible que muchos de nosotros ganemos notable peso por la falta de ejercicio físico y la ingesta de repostería doméstica que nos estamos dedicando a hacer. También es interesante el adjetivo balconazi con el que se ha querido denominar a aquellos que ejercen de policías de balcones e insultan a gente que circula por la calle sin saber si son gente que va o vuelve de trabajar o si son padres de hijos con alguna discapacidad”.
Pero no se debe perder la perspectiva porque también para los estudiosos de la lengua esta situación es un drama. Con cada fallecimiento de un hablante del español se pierden usos del castellano que, en algunos casos, nunca más se podrán recuperar.
“En cualquier caso, esta situación de creación de palabras nuevas o de resurrección de palabras que ya existían es interesante para filólogos o lingüistas como es mi caso, pero no deja de ser una situación trágica. Pensemos que con los miles de hablantes de español que han muerto estas semanas también han muerto cientos de palabras que solo esa generación de personas mayores conocía. Algunas de esas palabras serán recuperables a partir de textos, pero otros vocablos que son propios de tradiciones orales o de conversaciones más espontáneas habrán muerto para siempre. Eso es una verdadera pena”.
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