Córdoba contará con un Plan de Mejora de la Calidad del Aire

La contaminación del aire es uno de los problemas ambientales más graves a los que se enfrentan las ciudades modernas, y Córdoba no es la excepción. En los últimos años, la calidad del aire en la capital cordobesa ha mostrado niveles preocupantes de contaminantes como el ozono y las partículas en suspensión, que superan los valores establecidos para la protección de la salud humana.

Estos problemas no solo afectan al medio ambiente, sino que también tienen un impacto directo en la salud de los ciudadanos, incrementando el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Para enfrentar este desafío, la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha estado trabajando intensamente en la monitorización y evaluación de la calidad del aire en Córdoba. Gracias a una red de estaciones de medición, se han podido identificar las principales fuentes de contaminación y determinar las áreas donde los niveles de contaminantes son más elevados. Esta información es crucial para la toma de decisiones y la elaboración de políticas que busquen reducir la contaminación y proteger la salud pública.

Un Nuevo Plan para Mejorar la Calidad del Aire

Como parte de estos esfuerzos, la Consejería ha anunciado la elaboración de un nuevo Plan de Mejora de la Calidad del Aire para la zona urbana de Córdoba. Este plan tiene como objetivo principal mitigar los efectos adversos de la contaminación atmosférica, mediante la implementación de una serie de medidas que se centran en reducir las emisiones de los principales contaminantes.

El Plan de Calidad del Aire se enmarca dentro de la Estrategia Andaluza de la Calidad del Aire (EACA) y se enfoca en las áreas urbanas de Córdoba, donde se ha identificado que el tráfico rodado y la producción de cemento son las principales fuentes de emisión de óxidos de nitrógeno (NOx). Además, el sector residencial, comercial e institucional ha sido señalado como el mayor emisor de material particulado, seguido de cerca por el tráfico vehicular.

El diagnóstico inicial es preocupante. Entre 2017 y 2021, los niveles de ozono (O3) en Córdoba superaron los valores objetivos establecidos por la legislación para proteger la salud humana. De igual manera, las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) también superaron los límites recomendados por la EACA. Sin embargo, no todo son malas noticias.

La implementación de medidas correctoras en los últimos años ha comenzado a dar resultados positivos. Según los datos recogidos, el valor medio anual de dióxido de nitrógeno se ha reducido en un 39%, las partículas PM10 han disminuido un 23%, y las partículas más finas (PM2,5) han registrado una reducción del 41%. Estos avances son un claro indicativo de que las políticas aplicadas hasta ahora están funcionando, aunque aún queda mucho.

Retos y Metas Futuras

A pesar de estas mejoras, el delegado de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Córdoba, Rafael Martínez, ha subrayado que "es necesario continuar trabajando para alcanzar los valores objetivo de ozono (O3) y asegurar que los niveles de calidad del aire cumplan con los nuevos límites que establecerá la futura directiva europea, actualmente en tramitación". Además, Martínez ha enfatizado que es crucial que Córdoba llegue al año 2030 con unos niveles de calidad del aire que respeten los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un reto ambicioso pero necesario para garantizar el bienestar de la población.

El nuevo Plan de Calidad del Aire para Córdoba incluye una serie de medidas específicas para seguir reduciendo la contaminación. Entre ellas, destacan las iniciativas para fomentar el uso del vehículo eléctrico, la reducción de las emisiones de los vehículos actuales, y la mejora de las infraestructuras urbanas para promover una movilidad más sostenible. Además, se impulsará la rehabilitación energética de viviendas, una medida clave para reducir las emisiones en el sector residencial.

También se contempla la implementación de mejoras técnicas en las instalaciones industriales y un control ambiental más riguroso en las actividades de construcción y demolición, áreas que contribuyen de manera significativa a la contaminación del aire. Por último, el plan incluye campañas de concienciación ciudadana, que buscarán informar y educar a la población sobre la importancia de adoptar hábitos más sostenibles para proteger la calidad del aire y, en consecuencia, la salud pública.