REPORTAJE
24 horas con los bomberos de Córdoba: así suena una guardia completa en el Parque Central
La acción y la reflexión de los 17 bomberos de la sección 2 del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Córdoba
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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Es de noche aún. Son las ocho de la mañana y la ciudad está tranquila, un 30 diciembre, vísperas del nuevo año. La sección 2 del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Córdoba, formada por 17 bomberos, comienza su guardia de un día: 24 horas ininterrumpidas. COPE la va a hacer ese día con ellos.
Francisco Pérez y Antonio Palacio están al mando de la sección. Son quienes guían a marcos, del departamento de logística; a Francisco Javier, Ignacio y José, bomberos en la sala de comunicaciones; Francisco Cañete, Francisco Calero y Bruno, bomberos conductores; y David, Ignacio, Junne, Raúl, Miguel, Gabriel, Roberto y Antonio Jesús, bomberos.
24 horas ininterrumpidas
A primera hora, ponen en común el parte de incidencias técnicas de los coches y el material que ha dejado previamente la sección anterior para que nada falle en la acción. Generalmente, en una ciudad como Córdoba, están a la orden del día las aperturas de puertas a personas mayores que lo necesitan por una emergencia sanitaria, los rescates de ascensor o las caídas de árboles. Entre los accidentes más complejos, el más habitual es el incendio en vivienda. El que menos, el incendio industrial. Y el más complicado, el accidente de tráfico.
Una vez repasado el parte de incidencias, toca vestirse, protegerse, y comprobarlo. Se comprueba absolutamente todo. Cada camión, cada elemento que guarda en él, las bombonas de oxígeno, los abridores de puerta, los aparatos de temperatura térmica y los avisadores, los salvavidas de los propios bomberos. El ejercicio dura unas aproximadamente dos horas y después comienzan las salidas, los recorridos habituales, que hacen para pulsar la calle y memorizarla. Para ver qué ha cambiado, cuáles son las rutas más rápidas y cómodas dependiendo de dónde esté la emergencia. Trabajo de prevención.
Ahí tenemos tiempo para hablar mientras entramos en las calles principales de la ciudad, Cruz Conde, Claudio Marcelo, Tendillas. En la calma, hay todo el tiempo para reflexionar que no hay en la adrenalina, en la acción. La adrenalina de la que viven los bomberos para soportar situaciones límites, extremas, y sus secuelas. Al punto, que han aprendido que el trauma hay que contarlo, aunque no siempre ha sido así: no siempre y no todos los bomberos se abren entre ellos y con los suyos. Ahora la percepción es distinta, pero siguen echando en falta, en momentos puntuales, algo más que una mano amiga.
La sala de comunicaciones: un trabajo de fondo
Son quienes levantan el teléfono, quienes avisan por megafonía. Quienes no pueden nunca abandonar el puesto ni para comer, tienen que turnarse, y quienes han pasado ya por su época de más acción y han tenido tiempo para rebobinar y repensar la profesión.
Llega esa llamada: dos familiares, un padre y su hijo con claustrofobia están atrapados en un ascensor. En menos de 15 minutos los han sacado. Lo agradecen todos, hasta los vecinos. Para salidas de menor calado como estas, han ido cinco bomberos. La organización, no obstante, es algo cambiante según la circunstancia, a pesar del protocolo. El día transcurre tranquilo. Lo atribuyen a COPE, la buena suerte, dicen, porque estamos allí. Así que matan las horas entrenando, planificando, pasándolo bien. Son un equipo de amigos y compañeros. Y eso se nota en los pequeños detalles. En 24 horas, no hay roces. Cocinan para todos, se divierten. Ven la tele juntos, hablan de cine. Aunque solo una llamada puede romper la calma.
A la hora de cenar, en un intervalo de una hora, hay dos salidas. Dos contenedores están ardiendo en la Avenida del Brillante y el Sector Sur. Uno de los dos coches se rompe. No acelera a más de 30 kilómetros hora y echa humo por un lateral. Tienen que volver al parque. Es otro problema más al que vienen arrastrando desde hace años. Piden más personal, mejores instalaciones. Fue uno de los integrantes de esta sección, precisamente, Gabriel Merchán, quien mete a los bomberos de Córdoba en el Sindicato Andaluz de Bomberos cuando volvió a Córdoba, hace nueve años, después de dar varios tumbos por España tras haber opositado. La demanda, ahora, es colectiva.
Y eso afecta no solo al ejercicio de rescate, sino también a las labores de prevención. Reconocen que, por primera vez en mucho tiempo, las comunicaciones con el ayuntamiento de Córdoba han mejorado, hay más entendimiento. La noche es tranquila. Definitivamente, COPE ha tenido algo que ver, para el que crea en las buenas energías… No hay heridos, solo una falsa alarma de incendio en vivienda que se abortó justo antes de la salida. A las ocho y media, se produce el cambio de guardia. Fin de la jornada, nos vamos a casa.
Ellos, los bomberos de la sección segunda de Córdoba, volverán en cuatro días.